El gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, denunció, en un video difundido este jueves, que la violencia «desatada» en el departamento colombiano de Norte de Santander impacta, «sin darse cuenta», en las ciudades de San Antonio y Ureña, ubicadas en la región que gobierna, que limita con el país vecino.
Bernal aseguró que grupos armados irregulares “ocupan cada vez más áreas en Cúcuta, Villa del Rosario y la zona del Catatumbo con acciones muy violentas” que parecen “un desafío al Estado colombiano”, que, “sin duda, (…) impacta, sin darse cuenta, en San Antonio y Ureña”.
“Lamentablemente la violencia se desata del otro lado del Norte de Santander, lo cual no es un secreto para nadie. Solo en el último mes ha habido más de 48 asesinatos, más de 4 secuestros, algunos de los cuales terminaron en asesinato. (…) Esta violencia, lamentablemente, no la puede controlar Colombia”, dijo.
Ante esta situación, el funcionario llamó a «mantener los mayores mecanismos de control» para «evitar que esta violencia se propague en Venezuela» y garantizar «la paz, la tranquilidad y el buen vivir para el pueblo tachirense».
La violencia por disputas territoriales entre grupos armados ilegales en la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, se recrudeció a principios de 2023, y solo en enero dejó 36 asesinatos en su área metropolitana.
Cúcuta, la capital del norte de Santander, tiene los principales pasos fronterizos de Colombia con Venezuela y numerosas rutas por las que circulan personas, mercancías de contrabando e incluso armas y drogas entre los dos países, según las autoridades.
Estas actividades están a cargo de guerrilleros, paramilitares y bandas criminales que han expandido sus actividades desde la convulsa región del Catatumbo, una de las mayores productoras de coca del país andino, donde desde hace años el conflicto armado ha obligado a cientos de personas a huir en condiciones de desplazamientos. a la capital regional.
Agencias