Lo que era un secreto a voces ahora es oficial. Giuseppe Palmisano actual presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) fue anunciado este lunes como el nuevo titular de Superliga Profesional de Baloncesto (SPB).
Cabe señalar que esta buena noticia llega apenas instantes después de que se oficializara José Enrique Martínez, quien estuvo al frente del máximo círculo deportivo de nuestro país durante dos años.
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No hay que dejar de mencionar que será la primera vez en la historia que el mayor órgano rector de la LVBP ejercerá estas funciones en su homónimo baloncesto. Si bien es cierto que directivos del baloncesto ya han incursionado en el béisbol, como es el caso de Alberto Díaz (gerente general) y Greivis Vásquez (miembro de la directiva) con Tiburones de La Guaira.
El inicio de la ‘era Palmisano’ en la LVBP no fue fácil
Ahora, con Giuseppe Palmisano, la LVBP ha cobrado impulso. Eso, considerando que su liderazgo comenzó en una época de «tiempos difíciles» para el béisbol profesional venezolano. Tuvo que afrontar el poder de veto de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC); primero a los ocho equipos y luego a Navegantes del Magallanes y Tigres de Aragua durante casi tres temporadas, además de la campaña en plena pandemia del covid-19, estableciendo burbujas en Caracas, Valencia, Maracay y Barquisimeto.
De igual forma, cabe señalar que debido a estos cambios, la LVBP vio reducido el número de partidos por temporada. De 63 a 42 en la temporada de pandemia, luego a 49 y se fue recuperando poco a poco, ya que los dos últimos fueron 56.
En el ciclo Palmisano cabe destacar que la afición se ha involucrado más en el espectáculo, con la implementación de Fantasía (en sus modalidades diaria y semanal) y diferentes estrategias comerciales para mejorar la experiencia de la afición en las diferentes arenas, especialmente con la presencia del Estadio Monumental que arrancó con la cosecha 2023-24, donde la liga también se alineó con la MLB al implementar el reloj de campo, almohadillas más grandes y la prohibición de formaciones especiales en el infield.
Sin embargo, el veto de la OFAC no fue el único que enfrentó, pues durante sus primeros cuatro años en el cargo también ha lidiado con la ausencia de Bravos de Margarita de su sede natural en Porlamar.