Si hay un factor que ha cambiado los conceptos del fútbol ha sido la imagen. La imagen ha hecho que las escuelas tradicionales adopten modos de otros, y otros de otros. Todas estas mezclas nos han hecho ver el juego desde una perspectiva diferente hoy y han cambiado los criterios que habíamos mantenido sin cambios durante años.
Esta reflexión es relevante después de ver cómo el Girona se desarrolla en el campo español. Su fútbol alegre, sin complicaciones, sin ataduras, nos ha transportado a los orígenes del juego, a las reglas de aquel fútbol donde, como decían los ingleses, «la pelota arde en los pies». Lo decimos repasando los partidos que trae a diario el cable, especialmente el de selecciones, donde quizás, para nuestra decepción, ya no juegan los italianos como italianos, ni los españoles como españoles, ni los portugueses como portugueses, ni los brasileños. como los brasileños.
La era actual, como en diversos ámbitos de la vida, ha estado montando a hombres sobre pedestales de bronce cuyos méritos se desconocen. El fútbol no escapa a esto; Cualquier niño que haga tres regates y dos regates ya es un «ídolo», entre comillas, y ya vale al menos cien millones de dólares en el mercado internacional. El individualismo y el fetichismo se enfatizan hasta el punto de exagerar, lo que a menudo conduce a mentiras.
Resulta que el fútbol, en su esencia, en su naturaleza, no lo es. El fútbol es un deporte asociado, cooperativo y solidario; El imperio del compañerismo. Los jugadores se protegen entre sí, se esconden detrás de las espaldas de sus amigos, se mezclan con compañeros y oponentes, por lo que a veces es muy difícil distinguir a los mejores en el campo. En cierto modo, la comunicación actual hace que la gente centre su atención futbolística en un hombre, elegido por los dioses, desviando así la atención hacia la verdad del fútbol. A veces uno no va al estadio para admirar o asociarse con un equipo, sino para ver lo que hace cada día el equipo que aparece en las portadas de los periódicos.
Por tanto, Gerona. Qué difícil es notar el protagonismo de un jugador en la red del grupo, en los giros y vueltas del fantástico carrusel donde, en sentido figurado, hay once héroes en el campo. El lunes pasado fue Savio con sus dos goles de posguerra, pero fue una excepción en el matiz rojiblanco que compuso el equipo. A veces es Viktor Tsygankov, a veces Aleix García, y otras, cómo decirlo, el venezolano Yangel Herrera. Es volver a las raíces, reconocer su verdadero y a veces olvidado valor.
Pocos equipos equilibran el terreno de juego como lo hace el club catalán. Va y viene con armonía, rítmicamente, sin grietas visibles, y es gratificante ver en el fútbol la alegría de la solidaridad que es, al final de cada día, el compañerismo básico de las relaciones humanas.
Título, ¿quién sabe?
Semana tras semana, de domingo a domingo, hemos estado esperando que la catástrofe de la derrota llegara a Girona. Pero sin incluir el de ayer, que ya son 26, la tierra sigue sin moverse. No sería serio pensar que este equipo vaya a llegar a la cima, al máximo honor de desbancar a los Gigantes cada año, pero ¿quién sabe? Aunque es cierto que en los dos partidos contra el Real Madrid se ha mostrado poco, inferior, como si asumiera su verdadero papel en momentos que le han servido para exponer su ilusión.
Y ahí es donde el valor individual de los jugadores madridistas ha superado la propuesta colectiva del equipo amigo de Cataluña. Pero la lucha continúa y la posibilidad de formar parte de la próxima Liga de Campeones sería un sueño que, usando un truco de palabras, ni siquiera se podía soñar en el inicio de la liga española.
UNA PUNTA
representación
En medio de la avalancha de imágenes llegadas de todos lados, han sido las selecciones de Argentina y Perú las que han mantenido sus escuelas.
desconocido
El próximo Mundial de 2026 estará marcado por la interrogante de quién impondrá los criterios: ¿la vieja escuela o un equipo con nuevos conceptos?
Historia
La primera innovación fue Hungría en 1954. De allí empezó el «fútbol total» en Holanda, pasando por Barcelona, pasando por Johan Cruyff y Josep Guardiola.
Venezuela
El fútbol venezolano, además de resultados, también busca identidad. ¿Cómo jugar, europeo, sudamericano o mezclar estilos?
Duda
Hemos preguntado a los entrenadores: ¿qué pasaría si los equipos de hoy decidieran jugar con cuatro delanteros y dos centrocampistas, como en los años 60?