El gobierno francés se enfrenta a una ola de protestas populares previstas para el 7 de septiembre, en respuesta a la reciente formación del gobierno de derecha que ha generado acusaciones de «robo electoral» por parte de la oposición de izquierda. Se espera que millones de manifestantes, principalmente jóvenes, salgan a las calles de París y otras ciudades francesas para expresar su descontento con las decisiones del presidente Emmanuel Macron.
Según una encuesta, los franceses rechazan la forma en que Macron nombró al nuevo primer ministro.
La disputa surgió después de unas elecciones que dejaron un parlamento profundamente dividido. El izquierdista Nuevo Frente Popular obtuvo 192 escaños, superando al partido de Macron con 166 y a los aliados de Le Pen con 142. Sin embargo, Macron nombró a Barnier como primer ministro, una decisión vista como una maniobra para favorecer a la extrema derecha.
El líder de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon, acusa a Macron de «negar el resultado de las elecciones que él mismo convocó». Por su parte, la líder de la Francia Insumisa en el Parlamento Europeo, Manon Aubry, afirmó que «los resultados de las elecciones han sido anulados» y que Barnier fue «nombrado Primer Ministro con la bendición de la extrema derecha».
Particularmente controvertido fue el nombramiento de Barnier, cuyo partido Les Républicains obtuvo menos del 7% de los votos en la primera vuelta. La izquierda lo ve como una traición al éxito electoral del Nuevo Frente Popular.
Fuente: Medios Internacionales
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