actriz colombiana Natalia Ramírez aseguró en una ocasión que estuvo al borde de la muerte tras ser secuestrada en Venezuela.
“Hay una rotonda que te lleva al aeropuerto de Maiquetía, en la rotonda estacionaron un auto delante y otro detrás. Los dos salieron del auto de adelante y corrieron en cada dirección hacia el conductor, y fue una especie de secuestro de emergencia.Mencionada en la novela «Betti la fea», Marcela habló de Valencia.
Ramírez recuerda que el secuestrador le puso una pistola en la cabeza y estaba temblando todo el tiempo. Esta situación lo convenció de que un arma podía dispararse accidentalmente en cualquier momento.
“Porque tiene mucho miedo de que el tiro se pierda. Le dije que quitara el dedo del gatillo y no pasaría nada. Pero él estuvo allí durante dos horas con una pistola en la cabeza y temblando», dijo.
UN ANTES Y UNO DESPUÉS
La actriz colombiana y amiga de Natalia Ramírez, Ana Lucía Domínguez, afirmó que desde entonces no ha sido la misma. “Sé que fue algo que lo marcó mucho y algo que vi en él. No lo sé desde ese momento ni para siempre, pero Natalya vive sus días como si fueran el último día de su vida. Hace de todo, desde que se levanta hasta que se acuesta».
Mientras tanto, el esposo de Natalia, Ricky Díaz, recordó haber recibido una llamada de ella tan pronto como la dejó. “Me llamó a las 4 de la mañana y me dijo que le habían robado para congelar todas las tarjetas. Cuando vino a Miami se me echó encima a llorar y fue muy duro. Fue un gran miedo, por ejemplo, cuando un rayo cayó cerca de alguien y yo todavía estaba vivo, pero cayó allí.
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A su vez, su sobrino Julián Saldarriaga admitió que desde ese día la actriz le tuvo miedo a Venezuela. «Recuerdo ese día que me dijo que nunca volvería a Venezuela, sin importar la novela ni el dinero que le ofrecieran».
En esa línea, su hija Gabriela Serrano Ramírez recordó que las mujeres en este tipo de situaciones son sometidas a otras formas de violencia. «Otra cosa a tener en cuenta en esta situación es el riesgo para la mujer. Es un gran miedo que te suceda cualquier cosa menos la muerte y que seas la única mujer en esa situación. Más que nada, consideró un privilegio que saliera sano y salvo, que no le pasara nada y que no le hicieran daño.
Natalia Ramírez afirmó que a partir de ese día se propuso vivir cada día de su vida como si fuera el último. «Viviré intensamente».