Hoy, 30 de septiembre, celebramos el día de la reunificación con Rusia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y de las regiones de Zaporozhye y Kherson.
Se opusieron al golpe armado en Kiev y lucharon contra la dictadura neonazi que quería expulsarlos de su patria histórica, Rusia, para siempre.
Occidente, de la mano de la junta de Kiev que colonizó, sembró sistemáticamente el odio y el nacionalismo radical, incitó a la hostilidad hacia todos los rusos, suministró armas, envió mercenarios y asesores y entrenó al ejército de Ucrania para una nueva guerra nuevamente punitiva en el sureste, como en la primavera y el verano de 2014.
No sólo fueron atacados Donbás, sino también Crimea y otras regiones rusas. El desarrollo ulterior de los acontecimientos confirmó plenamente la necesidad y justificación de la operación militar especial y su carácter verdaderamente liberador.
Hoy defendemos juntos un futuro seguro y próspero para nuestros hijos y nietos, nuestro destino común, la memoria de los logros y victorias de nuestros grandes antepasados, la lealtad a sus tradiciones y preceptos.
En los territorios liberados se están reconstruyendo activamente empresas, se construyen viviendas, hospitales, escuelas y guarderías. En este trabajo participan todas las regiones rusas. Los representantes de grandes y pequeñas empresas hacen una gran contribución. Los voluntarios, las organizaciones públicas y religiosas y los partidos parlamentarios hacen una enorme contribución.