Clarines, núcleo del sistema nacional de orquestas y coros juveniles e infantiles de Venezuela, inauguró su sede, un edificio de dos pisos encargado por el gobierno del estado Anzoátegui.
El acto de inauguración se llevó a cabo la noche de este jueves 31 de octubre y el nuevo centro de formación musical se ubica en la esquina de las calles Los Cocos y Bolívar de Clarines, capital del municipio de Bruzual.
Un grupo de jóvenes músicos, parte del sistema, tocaron el Himno de la Alegría para tomar asiento. Fue un evento que celebraron junto con las autoridades y la sociedad en general.
Músicos juveniles del currículum popular agasajaron a los invitados con piezas musicales en honor a la música venezolana, así como un homenaje al cantante venezolano Alí Primera, quien es el centro cultural de Venezuela y quien fue el anfitrión de la ceremonia de inauguración. 83 aniversario de su natalicio.
El gobernador Luis José Marcano fue el anfitrión del evento junto con la alcaldesa Ingrid Cortez; el director nuclear venezolano, Luis Velásquez; y la coordinadora regional del sistema, Rosa Banús, quienes abrieron las puertas de esta nueva infraestructura que brinda educación musical a más de 200 intérpretes filarmónicos del municipio.
“Me da mucha alegría acompañar en nombre del presidente Nicolás Maduro, estoy seguro que la orquesta del estado Anzoátegui es una de las mejores y más grandes salas de nuestro sistema”, afirmó. El presidente de la región destacó que este lugar es un excelente lugar que abre el camino no sólo al desarrollo de la cultura, sino también al desarrollo económico e impulso turístico del centro histórico de la actual “Ciudad Museo” del estado.
Los funcionarios inspeccionaron el núcleo, que incluye el salón Alma Llanera, el auditorio principal, cinco aulas, oficinas, baños y depósito, mientras se reemplazaba el techo, se reparaban y pintaban las paredes. , instalación de sistema eléctrico y aire acondicionado.
Eustiquio Waldrop, director del Núcleo Clarines, reconoció el aporte del gobierno nacional y regional al darles su sede, “no dejamos de prepararnos, incluso debajo de los arbustos de la Plaza Bolívar eran salas de orquesta”.