Con más de 35.200 muertos a manos de las Fuerzas de Defensa de Israel en su agresión contra la Franja de Gaza y millones de desplazados, parece que las luchas del pueblo palestino se limitarán únicamente a ese enclave sometido a incesantes bombardeos.
En cualquier caso, habitualmente las batallas por la liberación de los pueblos se libran en todos los frentes, incluido el diplomático, en el que en ocasiones también se consiguen victorias, como el pasado viernes 10, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que concedía a Palestina . más derechos como observador, aunque todavía sin conceder plenos derechos como Estado miembro, para lo que es necesaria la aprobación del Consejo de Seguridad, donde cabe recordar que Estados Unidos, principal aliado de Israel, lo son, con su posibilidad de veto.
Parcial
El diplomático venezolano Ángel Tortolero, al analizar esta decisión de la Asamblea General de la ONU, advierte que «es sólo parcial respecto de las aspiraciones del pueblo palestino, que es la obligación de respetar la primera resolución del año 47, 48, cuando «El Se crearon los Estados de Israel y Palestina, pero este último no sucedió».
Palestina, subraya, «se ha mantenido como nación en el concepto de unidad cultural, étnica y política, pero en términos territoriales estamos hablando de una división por parte de las fuerzas israelíes en Cisjordania y la Franja de Gaza. Es un tema espinoso». problema que en el actual orden internacional tiene el agravante de que la decisión de la mayoría de los países del mundo no vale nada para el Consejo de Seguridad, ya que Estados Unidos está ahí, por lo tanto no hay firmeza en las decisiones respecto a la preservación de lo que podría ser el Estado palestino.
El profesor e investigador subraya que «en Palestina nos enfrentamos a una invasión europea de su territorio. No se trata de una guerra contra el judaísmo, musulmanes o cristianos, que han convivido desde su creación, sino que se trata de las acciones criminales del Estado sionista y fascista de Israel, que no escatima esfuerzos para demostrar que destruye a ese pueblo, entre otras cosas. cosas. porque en las tierras que aún quedan, 350 kilómetros cuadrados, sus costas están llenas de petróleo y gas y por eso estos asesinos van contra el pueblo palestino, porque es un tema geopolítico, estratégico.
El profesor Ángel Tortolero destaca que “la construcción de un Estado es una deuda con Palestina. La propuesta es que se consagre su territorio como en 1967 y que se le permita tener su ejército que proteja sus fronteras, para lograr la paz en la región”.
Verificar
El columnista en varios medios también recuerda que «el Estado sionista de Israel es quien controla la subida y bajada de los precios del petróleo, porque cualquier acción bélica que conduzca a Irak, Irán, Siria, Líbano, causa consternación en esos mercados, lo que significa que este conflicto afecta a toda la humanidad y favorece a las corporaciones occidentales.
«Estamos en medio de un conflicto geopolítico que, como el de Ucrania contra Rusia, impide la formación de un nuevo orden internacional, la multipolaridad, el respeto al multiculturalismo y la autodeterminación. Palestina es un conflicto basado en una guerra injusta, que ser correctos en la medida en que podamos corregir los desequilibrios que existen en el actual orden internacional», concluyó.
La arrogancia de un régimen mesiánico en crisis
La imagen del representante de Israel, Gilard Erdan, que destruyó la Carta de la ONU cuando se aprobó la resolución que recomendaba la concesión del estatus de Estado miembro a Palestina, es en cierto modo la de la «arrogancia con la que este país, con su principal aliado, Estados Unidos, han visto el problema de este pueblo masacrado durante más de 7 décadas, desde 1948.
El 29 de noviembre de 2012, esa Asamblea General, con 138 votos a favor, 9 en contra y 41 abstenciones, aprobó otorgar la condición de Estado observador, Estado no miembro, a Palestina y en las últimas semanas numerosas naciones han expresado su decisión de reconocerlo como tal.
El sionismo que domina Israel, como destaca el analista chileno Nicola Hadwa, no acepta esta condición porque «es una ideología mesiánica, segregacionista, que busca la creación de un Estado desde el Nilo hasta el Éufrates».
Sin embargo, internamente, el gobierno de Benjamín Netanyahu se enfrenta a serios problemas, porque «la sociedad israelí quiere el fin de la guerra, resolver el conflicto con los palestinos y vivir en paz. Es un país que se está derrumbando: los judíos sionistas, casi un millón , se van. El 60% de la población extranjera solicita un pasaporte en sus embajadas para regresar a sus países», explica Hadwa.
Y ello, sin olvidar las manifestaciones que miles de personas llevan meses celebrando contra Netanyahu.
Petróleo y gas como parte de la guerra.
El acercamiento del problema del Estado palestino a la ONU, tras las miles de víctimas que ha causado la agresión en Gaza en los últimos meses, también tiene otro factor detrás, como recuerda el analista internacional chileno Nicola Hadwa, quien destaca que debe estudiarse «en el contexto general: la relación entre los países europeos y Ucrania».
Cuando se lanzaron a bloquear la compra de petróleo y gas a Rusia, contaron con Estados Unidos para abastecerse, pero eso implicó un tremendo aumento de precios «y eso les hizo regresar» a su base militar en Asia Occidental, Israel». intentar recuperar Gaza» y reducir los costos.
«Estados Unidos no quiere la creación de un Estado palestino con todos sus derechos en las Naciones Unidas; los europeos ven que la única posibilidad real de calmar a Asia Occidental y volver al suministro normal desde esa zona a Europa es poner fin a la conflicto de una vez por todas y por tanto, consideran que la mejor opción que tiene el Estado criminal de Israel es aceptar un Estado palestino», explica Hadwa, ingeniero experto en Comercio Exterior, quien sostiene que el 78% del territorio, los más ricos tierras, permanecen en manos de Israel.