El presidente argentino, Javier Miley, ha declarado que el país está fuera de la recesión económica y hay signos de recuperación, aunque en un contexto de creciente pobreza, que afecta al 52,9% de la población.
Tras asumir el cargo el 10 de diciembre, el presidente ultraliberal, que introdujo una política de fuertes correcciones de las cuentas públicas, afirmó en un discurso ante los empresarios el jueves por la tarde que «la recesión ha terminado». «Estamos dejando el desierto, el país por fin ha empezado a crecer».
Los últimos informes del Instituto de Estadísticas Indec muestran que la producción industrial aumentó un 2,6% y la construcción un 2,4% en septiembre respecto al mes anterior, aunque ambos indicadores cayeron un 6,1% y un 24,8% interanual, respectivamente.
«Hemos hecho un ajuste de shock dirigido principalmente al sector público, apoyado en el déficit fiscal y la emisión de dinero. E hicimos lo que dijimos que haríamos. Tuvimos una recesión por unos meses, (…) y dijimos que entonces (…) la economía iba a subir como un pedo que se lanza. ¿Y adivina qué? Están empezando a aparecer burbujas», dijo Milei durante su discurso.
El presidente admitió que la política de adaptación es fuerte: «Este esfuerzo debe significar un avance, porque si no, no es un sacrificio, sino un martirio».
«Quiero decir, de ahora en adelante, cada día seremos un poco mejores que el día anterior». En lugar de ser pobres cada día, seremos cada día más ricos», prometió Milei.
Cabe señalar que según las previsiones del Banco Mundial, la economía argentina se contraerá un 3,5% este año, mientras que el organismo pronosticó un aumento del PBI del 5% en 2025.
Agencias
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