Madrid.- La investigación de Catalin Carrico y Drew Weissmann, que hoy les valió el Premio Nobel de Medicina 2023, les permitió crear la tecnología de ARN mensajero (ARNm) crucial para el desarrollo de una de las primeras vacunas contra la covid-19. tiempo.
Sus hallazgos han dado lugar a vacunas que han «salvado millones de vidas y evitado enfermedades graves en muchas más», destacó la Asamblea del Nobel en el Instituto Karolinska de Estocolmo.
Carico y Weismann, profesores de la Universidad de Pensilvania, en EE.UU., han descubierto cómo modificar moléculas de ARN para utilizarlas como agentes terapéuticos sin que el sistema inmunológico humano las destruya.
Katalin Kariko, bioquímica húngaro-estadounidense, nació el 17 de enero de 1955 en Szolnok, Hungría. En 1978 se graduó en la Facultad de Biología de la Universidad de Szeged, y en 1982 se doctoró en bioquímica y comenzó a estudiar las propiedades del ARN mensajero en el mismo centro húngaro.
En 1985 emigró a Estados Unidos con su marido y su hija de dos años, dejando atrás los ahorros que escondía en el osito de peluche de la niña, como recordó en numerosas entrevistas.
Viajó a Estados Unidos para realizar una estancia postdoctoral en la Universidad Temple de Filadelfia, de donde se trasladó a Pensilvania.
A principios de los años 1990, tuvo que afrontar varios rechazos de sus solicitudes de financiación para la investigación del ARN e incluso rebajó su estatus profesional para seguir trabajando en la universidad y no perder su visa.
En 1997, conoció al inmunólogo Drew Weissman, uno de los investigadores de la vacuna contra el VIH, y comenzaron a colaborar.
Trabajando en vacunas basadas en ARN mensajero, Carico y Weissman notaron que esta molécula provocaba fuertes respuestas inflamatorias porque el sistema inmunológico la reconocía como un intruso, y lograron realizar pequeños cambios en la estructura del ARN para evitar que ocurrieran estas reacciones.
Su descubrimiento, publicado en 2005, fue ampliamente elogiado y al año siguiente lanzaron una empresa basada en ARNm llamada RNARx, aunque no pudieron hacerla despegar.
A partir de su trabajo, registraron dos patentes relacionadas con el ARN mensajero, que fueron vendidas por la universidad y luego adquiridas por dos empresas, ModeRNA y BioNTech.
En 2015, Carico y Weissman también desarrollaron un sistema para encapsular el ARNm en nanopartículas, un recubrimiento que evita que se descompongan demasiado rápido y facilita su entrada en las células.
Sus resultados sirvieron de base para que las empresas BioNTech y Moderna desarrollaran vacunas basadas en ARNm contra la covid-19, aunque esta tecnología podría aplicarse a diferentes áreas de la medicina, como el cáncer, las enfermedades autoinmunes o la regeneración de tejidos.
En 2013, Carico se incorporó a BioNTech y es Vicepresidente Senior desde 2014, y ha recibido numerosos premios desde 2020, como el Rosenstiel (junto a Weisman), el Choice Award y el Premio Príncipe de Asturias de Investigación (2021).
Además, en Hungría es doctora honoraria de la Universidad de Szeged y «hija predilecta» de la ciudad de Szeged, y recibió el máximo galardón médico del país, el Premio Semmelweis.
El inmunólogo Drew Weissman, por su parte, nació en Lexington, Massachusetts, Estados Unidos, y se graduó en la Universidad Brandeis, donde se especializó en bioquímica y enzimología.
Recibió su doctorado en la Universidad de Boston en 1987 y completó su residencia en el Hospital Beth Israel de Boston.
Continuó sus estudios en los Institutos Nacionales de Salud y en 1993 se convirtió en miembro principal Anthony Fauci del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
En 1997, se trasladó a la Universidad de Pensilvania, donde empezó a trabajar con Carrico sobre el ARN y el sistema inmunológico innato.
Drew Weissman es profesor de medicina en la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania y trabaja en el ARN y sus aplicaciones en el desarrollo de vacunas y terapia genética.
También es miembro de la Federación Estadounidense de Investigación Clínica, la Asociación Médica Estadounidense y la Asociación Estadounidense de Inmunólogos.
Agencias