El Jesús de Curiepe es una figura central de fe y dedicación en las comunidades afro descendientes de los países de Miranda y Vargas, en el área central de Venezuela. Su imagen, en lugar de un objeto de adoración, representa una energía de la Hermandad y la combinación, un símbolo sagrado que combina las comunidades y este sábado 8 de febrero ha llegado a Guatire.
Desde una edad muy temprana, el pueblo de Guatire se centró en recibir en el Fondo San Pedro de Guatire y desde allí para recorrer la Iglesia de Santa Cruz de Pacairigua, la solemne Fiesta, que continúa caminando por las calles Concepcion, Galíndez hasta que llegó a Los Malavares de Los Malavares Área para despertar tradicional.
Esta actividad ha tenido una gran implementación de seguridad, asegurando la protección de la protesta desarrollada en total tranquilidad.
Una tradición
La tradición de la peregrinación del Jesús de Curiepe tiene más de 200 años. Esta costumbre, originada de la fe común, permite a los devotos respetar la peregrinación y compartir su viaje a través de las poblaciones de Miranda y Vargas.
El Jesús de Curiepe está en una cuna de vidrio decorada con cintas y medallas de colores, símbolos prometedores hechos por los creyentes. La caja fue llevada por un mayordomo, responsable de llevar al niño de una ciudad a otra, enseñando bendiciones en su camino.
En una gira de 74 días, a partir de septiembre, el Jesús de Curiepe viajaba a las playas de Barlento y Vargas, visitando muchos lugares. Su peregrinación alcanzó el pico del 7 de enero, después de festivales para honrar a Nuestra Señora de Altagracia y su Santa Familia.
En este sentido, Jhony Maestre, que participó en la tradición, dijo que, según la historia, el niño llegó a Curiepe en 1750 durante todas las generaciones. Señaló que hasta ahora, la imagen ha ido diferentes puntos del estado de Miranda para pagar la promesa y despertarse. El joven Jesús de Curiepe es muy maravilloso y todos tienen muchas creencias.
Icono sindical
El Jesús de Curiepe no es solo una imagen religiosa. Es un símbolo de combinación, esperanza y curación, tanto física como mentalmente. Su peregrinación mejora la relación entre las comunidades, fomenta la solidaridad y promueve las reuniones familiares y es amigable.
La dedicación al Jesús de Curiepe es una expresión cultural y religiosa única en Venezuela. Su origen en la tradición afro descendiente y su capacidad para consolidar las comunidades lo convirtieron en un tesoro invaluable de herencia venezolana.