No hace falta ser Brasil o Argentina para calcular los puntos a conseguir en el Mundial Sudamericano. La Vinotinto también hizo sus cálculos, que a algunos les parecieron demasiado optimistas, donde se hablaba de ganar siete partidos en casa, y arañar algún punto aquí y allá en su periplo por Sudamérica. Y se decía que «siete partidos» daban por hecho lo imposible que parecía derrotar a brasileños y argentinos.
Gana a Paraguay, abruma a Chile y el guión de la novela se cumple. Y sacar premio también fuera de Maturín, nada menos que el punto fue «apenas» ante Brasil. Y el guión se ha seguido cumpliendo. Este resultado obtenido en el estadio Arena Pantanal, de Cuiabá, estado de Mato Grosso, se ha convertido en la metáfora de que todo es posible. En cuanto a las cuentas, ¿Argentina no quedó derrotada en Puerto La Cruz, con todo y Lionel Messi? Por lo tanto, no se puede dar por sentado caer en manos de los titanes de la región. Las batallas deben jugarse, como suelen decir los jugadores, cuando se les habla de un oponente difícil de matar. Difíciles de matar como los verdiamarillos y los albicelestes.
Venezuela ha cumplido su papel en base a distintos valores, y ese ha sido el más importante. Porque lo más potente ha sido el bloqueo, la firmeza y la combinación centro del campo-defensivo logrado por la dirección técnica de Fernando Batista, aunque, porque a veces también cuentan, hay que destacar los valores individuales del equipo. Ante los paraguayos fue Salomón Rondón con su agónico gol de posguerra, minuto 94. Fue el penalti ante el que muchos jugadores tiemblan y se niegan a pararse frente al balón. Rondón No. Contra Brasil le tocó el turno a Eduard Bello, un jugador de poca fama que hizo cumplir el precepto de que «los héroes son anónimos». Marcó el gol chileno, con una completa voltereta que dejó a Edilson, el portero contrario, inmovilizado en el suelo como una estatua en un parque.
Y hablando de los que destacaron enormemente en el fragor del partido, cabe recordar la actuación de Yeferson Soteldo ante los chilenos. Era un festival de juegos de manos, hechicería y brujería que rompía cinturas y que enloquecía a los sureños. Soteldo, como nunca antes, asumió que el fútbol no es un individualismo, sino un ejercicio de compaginación de unos con otros en un hecho de cooperativismo.
La Vinotinto ya está tomada en cuenta. Está siguiendo un guión, una hoja de ruta que espera no confunda. Ahora viene Ecuador, el siempre difícil Ecuador al que se enfrentará Venezuela en un intento de continuar la saga de victorias; luego el viaje a Lima, a la tierra de los Incas, para ver si es posible predecir el presagio victorioso. ¿Qué tal seis puntos en estos dos capítulos? ¿Qué tal ver a la Vinotinto entre las primeras y con serias ambiciones de WC?
Sin honor, pero con agallas.
Si analizamos detenidamente la convocatoria de jugadores venezolanos, veremos que muy pocos de ellos juegan en equipos reconocidos de Europa y América. Quizás sólo podamos mencionar un pequeño grupo: Salomón Rondón en el River Plate de Buenos Aires, y Yeferson Soteldo y Tomás Rincón en el Santos de Sao Paulo, un equipo, todo hay que decirlo, decaído y muy alejado de sus tiempos de glamour. triunfos. Los chicos de la Vinotinto juegan en ligas de categorías inferiores, muchas de ellas en la Major League Soccer de Estados Unidos, lo que aún no es suficiente para ser considerado uno de los mejores del mundo del fútbol.
Esta circunstancia eleva la labor del cuerpo técnico de Fernando Batista, que silenciosamente, sin aspavientos, lleva al equipo por el buen camino y nos ha hecho olvidar a José Néstor Pékerman, traído con fama de salvador pero que nunca salvó del todo.
UNA PUNTA
Enorme
Se habla de los goleadores como de los hombres de cada partido, rara vez de los defensores. En la Vinotinto ha sido Alexander González, lateral derecho.
Pérdida
Yangel Herrera, uno de los jugadores venezolanos más brillantes, no ha dado su mejor nivel en los cuatro partidos. Se le ha visto enredado en el centro del campo.
Hormingón
Rafael Romo se ha mostrado impasable en la portería de la Vinotinto. Sólo dos goles encajados en cuatro partidos hablan de su calidad como defensa en esta última región.
Recursos
El equipo ha sido pródigo en atacantes. Por eso a tipos como Josef Martínez y Darwin Machis les ha costado mucho encontrar un lugar en la alineación.
Anhelos
Maturín se perfila como el lugar para que la selección nacional muestre su mejor fútbol. San Cristóbal y Puerto La Cruz también piden partido.