De junio a julio de cada año comienza la fiesta del Morocoto en la región del Delta, zona habitada únicamente por el pueblo indígena Warao. Esta es la segunda temporada más importante después de la temporada del cangrejo.
Cuando llega el invierno, los marroquíes abundan en el municipio Antonio Díaz del estado Delta Amacuro, a unas tres horas por río desde Tucupita.
Con la abundancia de este pez, los Waraos lo capturan incluso en su puerto de origen sin tener que internarse en el bosque como en otras temporadas.
Por eso lo llaman carnaval marroquí, porque es muy abundante y los waraos lo venden, lo cambian por otros artículos o preparan todo tipo de platos con él.
El señor Luis Cepeda, de la comunidad Araguaimujo, dijo en Warao: «Todos se vuelven sanos y hermosos comiendo mococotos».
Es un pez resistente como los demás. Su carne es blanca y tierna. Al pueblo Warao le gusta este plato principalmente a la parrilla o asado en sancocho.
Generalmente no los venden por pipa sino que los cambian por productos que muy pocos pueden encontrar en estas zonas llaneras.
“Cambian kilos por kilos, es decir, tú me puedes dar un kilo de pasta o de harina y yo te doy un kilo de morocoto”, explicó Cepeda.
A las personas que intercambian mercancías se les llama pescaderos en Tucupita o Barrancas del Orinoco. En estas localidades el kilo de morocoto cuesta 180 Bs.
Este precio cambia si se venden en Monagas o Bolívar, ya que son envasados para diferentes supermercados populares.