La industria y la construcción sufrieron un duro revés durante el primer trimestre del año en Argentina, afectadas por el ajuste económico y una altísima inflación que aplastaron la demanda.
Según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la actividad industrial registró en marzo pasado una caída del 6,3% respecto a febrero pasado, acelerando considerablemente el ritmo de deterioro en términos de las tasas del primer bimestre del año. . .
Según el informe oficial, en marzo la actividad industrial cayó un 21,2% respecto al mismo mes de 2023, encadenando así diez meses de caída anual, mientras que en el primer trimestre el sector manufacturero acumuló un desplome del 14,8%.
«En marzo, la industria registró una marcada caída interanual, que en algunas actividades fue similar a los registros del inicio del confinamiento (debido a la pandemia de Covid-19) en 2020. En el trimestre, todas las ramas industriales han acumulado una disminución respecto al año anterior, con la mayor caída entre bienes de capital y bienes de consumo duradero», observó la Fundación Latinoamericana de Investigaciones Económicas (FIEL) en un informe
En el primer trimestre, la industria operó en un escenario de elevada inflación (287,9% interanual en marzo; 51,6% acumulado en los primeros tres meses del año) y caída del consumo, que, según cálculos privados, se contrajo un 3,1% en el primer trimestre.
«El sector industrial enfrenta ciertas dificultades en el contexto del aumento de costos (energía, insumos importados) y la disminución de los niveles de demanda, tanto de los hogares como de otras industrias y de la construcción», dijo la Unión Industrial Argentina, la mayor entidad patronal del país. el país.
El libertario Javier Milei, que asumió la Presidencia argentina en diciembre pasado, lanzó un severo plan de ajuste con el objetivo de recuperar el superávit fiscal, lo que significó drásticos recortes del gasto con impacto en la economía real.
Con los ingresos de las familias deprimidas, el consumo se ha contraído significativamente, obligando a su vez a muchos sectores a reducir el ritmo de producción debido a la caída de la demanda.
El complejo escenario económico también influye en la actividad constructora. Las obras públicas están paralizadas por el recorte del gasto estatal ordenado por el Gobierno, mientras en el sector privado el aumento de los precios en dólares de bienes raíces y materiales de construcción desincentiva las operaciones del sector.