El gobernador de Florida y aspirante republicano a la Presidencia, Ron DeSantis, anunció este lunes un extenso plan de política económica para EE.UU., fundamentado en un cambio en la relación comercial con China y la demolición de las regulaciones de la Administración Biden.
En un discurso en la ciudad de Rochester (New Hampshire), DeSantis abordó un programa dividido en diez partes que denominó “Declaración de Independencia Económica”, que apunta a China y busca, además, combatir la promoción del automóvil eléctrico y expandir la economía de la nación mediante la defensa de la clase media.
“El objetivo de nuestra ‘Declaración de Independencia Económica’ es simple. Nosotros, el pueblo estadounidense, ganamos. Ellos (China) pierden”, dijo DeSantis al detallar su plan económico en los almacenes de una compañía de logística de Rochester.
El candidato a las primarias republicanas subrayó que “revitalizar la libertad y las oportunidades económicas requerirá construir una economía en la que las preocupaciones de los ciudadanos promedio se eleven sobre las que se consideran demasiado grandes para fracasar”.
El gobernador hizo el anuncio en momentos en que las encuestas le muestran en caída frente al expresidente Donald Trump (2017-2021) en la carrera por la nominación republicana de 2024.
Demócratas llaman “desastroso” a DeSantis
La respuesta del Partido Demócrata al plan de DeSantis no se hizo esperar y su Comité Nacional calificó de “desastroso” su agenda en materia económica.
Los demócratas indicaron en un comunicado que se trata de un intento, por parte de DeSantis, de “darle un giro a la crisis económica que los floridanos están sufriendo bajo su mandato”.
“No es de extrañar que, después de años de llenar los bolsillos de las grandes corporaciones y los ultra ricos mientras los floridanos luchan con los crecientes costos de vivienda, atención médica y seguros de propiedad, DeSantis trate de ocultar su desastroso historial al pueblo estadounidense una vez más”, arremetió el Partido Demócrata.
DeSantis dijo en Rochester que su prioridad será acabar con el control económico de China poniendo fin al estatus comercial preferencial de la nación asiática.
También, de llegar a la Casa Blanca, prohibiría las importaciones de bienes fabricados con propiedad intelectual robada y evitaría que las empresas compartan tecnologías críticas con China.