Apenas unas semanas después de albergar los Juegos Olímpicos, París inició ayer el último capítulo de su verano deportivo con la ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos, en su 17ª edición.
Más de 4.000 deportistas de 184 delegaciones con discapacidad física, visual e intelectual que competirán en 22 deportes durante los próximos 11 días ondearon la bandera en una competición que abre hoy el calendario de la Prueba.
Los organizadores prometieron una inauguración espectacular. Nuevamente se celebró fuera de un estadio, pero a diferencia de los Juegos Olímpicos, que incluían un desfile de barcos por el Sena, este tuvo lugar en tierra, con los atletas desfilando por los famosos Campos Elíseos hasta la Plaza de la Concordia.
La gala del miércoles que exaltó el cuerpo humano fue presenciada por unas 50.000 personas en gradas instaladas alrededor de la icónica plaza, la más grande de París.
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Los criollos desfilaron con vestimenta similar a la de los deportistas convencionales. Los uniformes utilizados constaban de dos partes: el liquiliqui, vestimenta típica de los llaneros acompañada de un sombrero.
Las prendas diseñadas por Rafael Enrique Ramírez Montes, conocido como Raenrra, predominaron en azul, blanco en las estrellas y detalles dorados. El nombre Venezuela estaba bordado en las mangas y gorros de los deportistas.
AP