Al menos 24 personas, incluido personal de seguridad, murieron y 50 resultaron heridas, algunas de gravedad, cuando un atacante suicida se hizo estallar en una estación de tren en el suroeste de Pakistán el sábado.
Según Hamza Shafqat, un alto funcionario del gobierno, el ataque se produjo cuando unos 100 pasajeros esperaban un tren desde Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, asolada por el conflicto, a Rawalpindi.
En un comunicado, el grupo separatista Ejército de Liberación de Baluchistán se atribuyó la responsabilidad del ataque y afirmó que los kamikazes atacaron a soldados en la estación de tren. El proscrito BLA lleva mucho tiempo librando una insurgencia que busca independizarse de Islamabad.
Según la policía, entre los muertos se encontraban decenas de agentes de seguridad. Imágenes de televisión mostraron el colapso de la estructura de acero del techo de la plataforma y de la tienda de té, con el suelo lleno de equipaje.
La oficial de policía de Quetta, Ayesha Faiz, dijo que algunos de los pasajeros gravemente heridos murieron en el hospital, lo que elevó la cifra de muertos. El portavoz del gobierno, Shahid Rind, dijo que todos los heridos fueron trasladados a hospitales para recibir tratamiento.
En un comunicado, el primer ministro Shehbaz Sharif condenó el ataque, afirmando que sus autores «pagarán un alto precio por ello» y añadió que las fuerzas de seguridad están decididas a eliminar la «amenaza terrorista».
El ataque se produce una semana después de que una poderosa motocicleta bomba explotara cerca de un vehículo que transportaba a agentes de policía asignados para proteger a los trabajadores contra la polio en Baluchistán, matando a nueve personas, incluidos cinco niños, que se encontraban cerca. Con información de agencias.
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