La demencial vorágine de contratos altísimos en que se ha convertido el fútbol ultraprofesional obliga a repasar sus raíces para saber cuándo tomó el matiz que ha dejado lejanos sus puntos de partida.
¿Ha sido tu comercialización natural o te ha tocado combinado con los tiempos que vivimos, siempre con prisas por conseguir dinero para cada evento? Este asunto, por supuesto, tiene sus antípodas: así como Cristiano Ronaldo gana 200 millones de euros líquidos por temporada en Arabia Saudita, en el fútbol venezolano, y también en varias ligas de Centroamérica y el Caribe, muchos jugadores no superan los 200 dólares cada uno. mes.
Pero existe la idea, ya muy extendida, de que los jugadores son millonarios y que hacen alarde de sus riquezas con yates de lujo y coches de alta gama, como se dice ahora, y no hay nadie que pueda contradecir esto…
El fútbol amateur representa los puntos de partida ya perdidos. Para verlo hay que ir los fines de semana a campos abiertos a ver divertidos partidos entre chicos que sólo quieren pasar el tiempo, y tras el pitido final del árbitro situarse detrás de las líneas del campo para jugar «el tercer tiempo». con cerveza, refrescos y risas espontáneas.
El concepto de fútbol sin dinero sólo es posible allí, porque de todos modos y en casi todas las ligas organizadas, los jugadores ven el juego como una forma de mejorar su situación financiera. Así que echamos una mirada de reojo al fútbol americano para tener un parámetro de deportes a gran escala, de deportes a los que la televisión no da tregua.
En Estados Unidos se divide entre el profesional puro, donde los grandes jugadores ganan cantidades inimaginables, y la universidad, también de alto nivel y con noventa mil aficionados apasionados en las gradas y en cada partido, muchos de ellos asociados a uno de los equipos que han sido su Alma Mater…
¿Y sabes cuánto gana cada jugador del varsity, esos que dejan una parte de sí mismos en cada balón y en cada acción? Pues nada, absolutamente nada. Obtienen becas y facilidades para realizar exámenes y tareas relacionadas con sus carreras, pero ni un solo dólar; Paradójicamente, todo el dinero va al «head coach» o director técnico: algunos ganan hasta ocho millones de dólares cada temporada.
Así, mientras que en el fútbol los límites entre una expresión y otra son casi invisibles, en el fútbol americano la distinción es clara. En definitiva, son nociones del deporte, al igual que se derivan de dos maneras de entender la vida misma.
Te veo allí.