Perú será el único país de Sudamérica que no estará representado a nivel presidencial en la cumbre regional que se realizará el próximo martes en Brasilia y que busca impulsar nuevamente la integración regional, dijo este viernes el gobierno brasileño.
La presidenta peruana Dina Boluarte, que no puede salir del país sin autorización parlamentaria, estará representada en Brasilia por el presidente del Consejo de Ministros, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, invitó a la cumbre a los jefes de Estado de los otros once países de la región: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
“El principal objetivo de la cumbre es retomar el diálogo” entre los países de la región “que no se reúnen desde hace varios años”, explica la secretaria para América Latina y el Caribe del Ministerio de Negocios de Relaciones Exteriores de Brasil, Gisela Padovan.
Enfoque e integración
Brasil quiere que este diálogo sirva para discutir la posibilidad de «regresar a un mecanismo de integración netamente sudamericano», que sea «permanente, inclusivo y moderno» e incluya a los doce países de la región, independientemente del color de su Gobierno.
Padovan insistió en que «es muy importante» que no se «fragmente» el mecanismo de integración, marcando distancias con organismos impulsados en las últimas décadas como Prosur o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), organismo que se encuentra «paralizado», aunque Brasil y Argentina lo acaban de alcanzar.
“El mundo de hoy todavía no es el mundo en el que se concibió Unasur. Los desafíos son diferentes, las visiones del mundo son diferentes”, dijo el representante del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
La cumbre se realizará en un día, con dos sesiones, una por la mañana en la que todos los presidentes harán una primera declaración, y otra por la tarde, que consistirá en un diálogo «informal» entre los gobernantes.
Este formato, sin una agenda estructurada, pretende incentivar a los presidentes a intercambiar libremente ideas, para identificar los «denominadores comunes» que sirvan de base para reiniciar el proceso de integración.
Además, los presidentes pretenden abordar la posibilidad de poner en marcha proyectos de cooperación conjunta, algunos de los cuales podrían hacerse «de forma inmediata».
Desde que asumió el poder el 1 de enero, Lula ha hecho una de sus prioridades retomar la integración latinoamericana y reincorporar a su país a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y Unasur, organismos que se habían ido en los últimos años.