El tren Vinotinto arranca y su primera estación será mañana antes de Ecuador. Viene sin partidos previos, pero según Fernando Batista, director técnico, estaba previsto; La formación, concienciar a los jugadores de la importancia de la Copa América, ha sido el paradigma de la selección venezolana.
Los ecuatorianos son un equipo difícil, enredado, a veces anárquico, con una forma de jugar y de comportarse en el campo que recuerda a la de los africanos. Han crecido, y a ello ha contribuido el suficiente contacto con los tres Mundiales disputados. En el partido ante los venezolanos, disputado en Maturín en el marco del Mundial Sudamericano, lograron igualar un capítulo en el que los jugadores de acá estuvieron por momentos en racha.
Pero todo eso ya pasó, y sólo nos queda pensar en lo que está por venir, en el partido del sábado que marcará la ruta, el camino a seguir en la copa y ya en el camino hacia el Mundial de 2026…
La Copa América, encuentro de rivalidades regionales y amistades profundas, acaba de comenzar con el Argentina-Canadá de ayer. No es un torneo clasificatorio para el Mundial, pero sirve para perfilar las armas de todos los arsenales sudamericanos. Nunca se sabe, pero en este partido de copa pueden surgir los nuevos talentos de la región, esos chicos, como el venezolano Jon Aranburu, que podrían dar la nota alta y emerger como los genuinos representantes del nuevo fútbol.
Hay ganas, ganas de ver los partidos. ¿Será este el momento en que la Vinotinto, y por primera vez, salte a la cancha en la final el próximo 14 de julio?…
Rafael Dudamel, sin ruido pero con eficacia, conocimiento y carácter, acaba de conquistar un título que habla de su categoría como entrenador. Para Dudamel, Colombia es un talismán. Custodiando la portería del Deportivo Cali, fue el primer venezolano en llegar a una final de la Copa Libertadores y ahora, tras la coronación de Richard Páez con los Millonarios, el primer venezolano en ganar un título en el extranjero.
La verdad es que en el cargo de entrenador ha tenido altibajos, victorias contundentes y derrotas sonoras, pero lo que cuenta es lo que ha logrado ahora, logrado en Bogotá bajo el mando de Bucaramanga, los llamados «leopardos indomables», un equipo modesto y sin números, pero demuestra, como suele demostrarse, que el fútbol es una actividad humana donde la comunidad humana y la solidaridad prevalecen sobre la genialidad y la grosería. Gran Dudamel. Grande.
Te veo allí.