Los partidos de la Copa América no son así, puro fútbol. La televisión por cable promueve esa narrativa del otro, del otro contra el otro, pero no habla de la hermandad que traen los abrazos fraternales, como en el libro de Eduardo Galeano.
Quien escribe ahora, habiendo vivido momentos como este en las copas de la región, sabe de lo que habla. Verte de vez en cuando con tu colega, con tu amigo, “cómo estás, qué has estado haciendo todos estos años”, es apasionante y de gran valor humano.
Mientras tanto, allí abajo, dieciséis equipos luchan por ganar el campeonato. La Copa América, a diferencia de los vientos huracanados del patriotismo que soplan en la Eurocopa, no le da mayor aliciente al nuevo Mundial, los resultados no valen la clasificación para el Mundial, ni se sienten las rivalidades europeas de los países en disputa. , pero en el estómago vive el orgullo, el sentimiento de predominio de una selección sobre otra. Ya no es como en el pasado, cuando los equipos alineaban a jugadores que venían de lesiones o que no eran tan buenos como la gente quería que fueran. Vimos juegos frívolos, donde había prisa por cumplir y olvidar esa obligación.
Ahora no es así. Cada uno irá con todo el arsenal disponible, con los rifles bien engrasados, porque de una forma u otra, es una medida que puede dar pistas de cara al Mundial que continúa en septiembre próximo.
Para la copa, que arranca dentro de diecisiete días, la Vinotinto también cuenta con sus mejores hombres. Es un torneo que les ha ido bien en los últimos años porque se han convertido en un equipo competitivo, aunque preocupa la falta de partidos de preparación. Jugó contra Italia y Guatemala en la lejana marzo, y nada más. Dejó dudas, pero en juegos de este tipo no es muy práctico sacar conclusiones. Mientras tanto, las regiones rivales han concertado partidos no oficiales: Colombia se enfrentará a Estados Unidos y Bolivia, por ejemplo.
La afición nacional recuerda con cariño aquella actuación en Argentina, en América en 2011. Venezuela, lanzada, sorpresivamente y dirigida por César Farías, llegó a semifinales; Ahí entró Paraguay para acabar con el sueño criollo.
La Vinotinto, con sus futbolistas veteranos y un montón de promesas, ya no va a la Copa América con esa imagen de víctima y de equipo para marcar goles y que el rival consiga ciertos puntos. Estará luchando, manteniéndose firme y esperando superar a Ecuador, México y Jamaica, los oponentes de Estados Unidos, en un intento de revivir esa hazaña de hace trece años.
La Copa América será un buen momento para valorar el tamaño real del equipo. Quitar la incertidumbre, para que los que creen y los que no puedan hablar bien, sepan dónde está la Vinotinto y sus cada vez más desvanecidas esperanzas mundialistas.
Eurocopa y Copa al mismo tiempo
La FIFA, en su afán por unificar las fechas del fútbol en todas partes, logró que coincidieran la Eurocopa y la Copa América.
Así que será un «secuestro» para los aficionados seguir uno tras otro: la Eurocopa, del 14 de junio al 20 de julio por la tarde; América, del 20 de junio al 14 de julio por la tarde. Como se verá, terminan el mismo domingo, pero en horarios diferentes, uno en el Estadio Olímpico de Berlín, el otro en el Hard Rock Stadium de Miami.
Anteriormente se hablaba de posibles “divorcios” debido a la indiferencia de los maridos hacia sus esposas en cada torneo, porque todo estaba en la pantalla del televisor; Ahora no, porque en estos tiempos, con la llegada de las mujeres a los micrófonos de retransmisión y a los campos de juego, ya no hay excusas: tienen tanto interés y propiedad como los hombres.
UNA PUNTA
Lateral
Dilema que resolverá el cuerpo técnico de la Vinotinto: ¿quién jugará de lateral derecho en la Copa América: será Alexander González o Jon Aramburu?
Agresor
Salomón Rondón necesita un socio en la delantera: ¿podría ser Yeferson Soteldo o Jefferson Savarino? ¿O tal vez el equipo tiene una carta oculta?
Portero
Veredicto: ¿Rafael Romo eventualmente será el guardián de la valla nacional o Joel Graterol tendrá la oportunidad de ser titular en el próximo torneo continental?
Capitán
La banda que identifica al jugador suele llevarla el futbolista más experimentado o veterano: ¿quién será? ¿Tomás Rincón o alguien inesperado?
Ídolo
Ante el crecimiento de la selección venezolana, la afición intenta determinar quién será el jugador más popular y el que llevará el halo de idolatría.