El Día Mundial de las Matronas, que se celebra el 5 de mayo, es una oportunidad para reconocer y honrar la importante labor que realizan las matronas en todo el mundo. El origen de esta conmemoración se remonta a 1991, cuando la Asociación Internacional de Matronas (IAP) estableció esta fecha para promover la salud maternoinfantil.
Las parteras son profesionales de la salud que atienden a la mujer durante el embarazo, el parto y el puerperio. A lo largo de la historia, han desempeñado un papel clave en la prestación de atención, apoyo emocional, educación y atención médica de calidad a mujeres y recién nacidos. A menudo trabajan en entornos difíciles, incluidas comunidades rurales y zonas remotas que son la principal fuente de atención obstétrica.
Curiosamente, a pesar de su importancia, las parteras a menudo no reciben el reconocimiento o el apoyo que merecen. A veces enfrentan barreras para hacer su trabajo de manera segura y legal. Sin embargo, su dedicación y compromiso con el bienestar de las mujeres y los bebés no tiene límites.
En Venezuela, las parteras desempeñan un papel fundamental en el sistema de salud, especialmente en comunidades rurales con acceso limitado a la atención médica. Su experiencia y habilidades son invaluables en situaciones de emergencia, pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
En la historia de Venezuela hay parteras que han dejado una huella imborrable con su labor en obstetricia, salud maternoinfantil. Una de las más famosas es Josefa Camejo, conocida como «La Negra Josefa». Nacido en el estado Falcón en 1791, fue una figura destacada en la lucha por la independencia de Venezuela. Aparte de su participación en la Guerra de Independencia, era conocida por su capacidad de dar a luz a muchos niños en su comunidad a través de su trabajo como partera.
Otra partera importante en la historia de Venezuela es Carmen Ricalde, quien vivió a finales del siglo XIX y principios del XX. Era conocida por su dedicación y habilidad en el arte de la partería, que practicaba en su comunidad para atender los partos con gran habilidad y compasión.
Recientemente, la figura de Matilde Molina ha dejado un legado importante en la historia de la partería en Venezuela. Conocida como la «Partera de los Pobres», dedicó su vida a brindar atención obstétrica a mujeres desfavorecidas en Caracas y sus alrededores. Durante su carrera, ayudó a dar a luz a miles de bebés y se convirtió en un símbolo de esperanza y apoyo para muchas familias venezolanas.
Estas famosas parteras no sólo desempeñaron un papel importante en el cuidado de las mujeres y los recién nacidos en sus comunidades, sino que también contribuyeron al desarrollo de la profesión de partería en Venezuela, y su legado ha inspirado a las parteras y profesionales de la salud del país.
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