La Fiscalía de Colombia añadió este viernes el delito de corrupción al escrito sobre los delitos contra el expresidente Álvaro Uribe, durante la audiencia virtual ante el 44 Juzgado Penal del Conocimiento de Bogotá, por su presunta responsabilidad en los delitos de fraude procesal y soborno de testigos.
Se espera que durante esta jornada, el Ministerio Público proceda a leer la acusación formal contra el expresidente, luego de cinco intentos fallidos de diferentes fiscales para registrar el caso.
Uribe aseguró este viernes, antes de que comenzara el juicio en su contra por presunto soborno a testigos y fraude procesal, que sus antagonistas políticos se han convertido en sus «acusadores judiciales», en referencia al senador de izquierda Iván Cepeda, contraparte del proceso.
«Mis antagonistas políticos han logrado convertirse en mis acusadores judiciales, algunos de ellos cercanos a las FARC y otros colaboradores directos o indirectos, amparados por la cautivadora palabra paz, utilizada para prolongar el terrorismo mediante la indulgencia de la impunidad absoluta», afirmó Uribe en el comunicado. en su casa de Rionegro, en el departamento de Antioquia (noroeste).
Las víctimas del caso consideran que Uribe, a través del abogado Diego Cadena, buscó en prisión sobornar a testigos, como el exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, para que no declararan contra el expresidente y sus posibles vínculos con el paramilitarismo, en un disputa que mantiene con Cepeda.
En este sentido, Uribe agregó: «Horas antes de iniciar este proceso, repito ante mis compatriotas, que nunca he engañado, que nunca he tomado la iniciativa de buscar un testigo. En el derecho inalienable de defender mi honor, pedí verificar varios datos sobre las ofertas de beneficios a los internos para que pudieran acusar.
Una vieja deuda con la justicia
Este caso se remonta a 2012 cuando Uribe demandó a Cepeda por presunta manipulación de testigos, quien en ese momento preparaba una denuncia en el Congreso en su contra por presuntos vínculos con el paramilitarismo.
Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia decidió no abrir una investigación contra el congresista y, en cambio, inició un juicio contra el expresidente por la presunta manipulación de testigos por el presunto pago de sobornos a varios presos para hacerlos hablar a su favor.
Uribe renunció a su banca senatorial en agosto de 2020 para dejar de estar habilitado y que su caso pasara a la justicia ordinaria y luego la Fiscalía decidió que no había pruebas para procesarlo judicialmente.
Por ello, solicitó en dos oportunidades la preclusión del caso, la cual fue denegada tanto por los juzgados de primera instancia presentados como por el Tribunal Superior de Bogotá.
Sin embargo, el primer fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia, Gilberto Villarreal, tomó el caso el 16 de enero y el 9 de abril declaró que, con base en las pruebas físicas y los elementos probatorios, determinó que había motivos para acusar a Uribe. de los jueces al negar el impedimento.