Claudio Perna, casual y contemporáneo, desde la sala 8 del Museo de Arte Moderno de Caracas (Maccar) en el Parque Central, es el nombre de la exposición que describe la gran importancia de este artista para varias generaciones de artistas venezolanos. Se sumergió en lo experimental, conceptual y vanguardista.
Perna (1938-1997) mantuvo una estrecha relación con el museo, ya que en diciembre de 1975 expuso allí un movimiento perceptivo multimedia titulado «Cine, exploraciones e infiltraciones», que es resultado de una profunda investigación y un acercamiento a nuevos lenguajes. visual y emocional, creando un ambiente ritual chamánico contemporáneo, una performance clasificada como un acto de arte corporal.
Fue un pionero que sugirió antes que muchos el uso de conceptos nacionalistas, el trabajo corporal y el bautismo.
Esto y mucho más se podrá ver en la exposición, que abrió al público el 29 de junio, y que incluye una serie de eventos especiales, como charlas, exposiciones y recorridos, todos los jueves hasta el 22 de agosto.
Flerida Alcalá, quien actualmente preside la Fundación Claudio Perna, dijo que es muy importante revivir los hechos ocurridos hace 49 años y 8 meses. Primero, porque era la primera representación que se mostraba en un museo venezolano, y segundo, porque Maccar cumplía 50 años y, para conmemorarlo, saqueó sus almacenes para recuperar sus tesoros más preciados. la exposición Fe de vida, que se exhibirá en las salas 4, 5, 6 y 7 de la Galería de Arte de Caracas.
«Esta es probablemente la colección de arte contemporáneo más importante de América Latina. Entonces, ¿quién tiene más estilo que Claudio? Nadie. ¿Quién actuó hace 50 años? Claudio. ¿Cómo lo celebramos? Bueno, queremos volver a publicar lo que pasó en ese momento”, dijo Flerida.
El director del Maccar, Robert Darío Cárdenas, coincide en que la presencia de Perna en el museo para esta exposición es inevitable. “Para ello contamos con la curaduría del equipo de la Fundación Claudio Perna, para recrear una intervención inolvidable en los espacios de nuestro museo”.
Luis Emeterio González, artista que colabora y trabaja con él desde hace años, ha sostenido que la modernidad de Claudio también subyace a su «recursividad» como artista. Según él, Perna utilizó elementos y herramientas no convencionales como cámaras Polaroid, fotocopiadoras, diapositivas para mostrar su perspectiva artística y alcanzar metas creativas nuevas y transgresoras.
La exposición incluye fotografías, imágenes pintadas, proyecciones de películas en super 8 como su memorable The Thing de 1972, fotografías de las películas 1,2,3, rindiendo homenaje a inspiraciones allí, como el vídeo americano. Charlotte Moorman, artista y violonchelista que acompañó a Perna en el país, y Margarita D’, periodista cultural que impulsó fuertemente la obra del artista y, en palabras de Fleurida, estuvo asociada a la historia del arte del país.
Convergente
La Fundación Claudio Perna fue creada en 1998, un año después de la muerte del artista, con el fin de preservar y dar a conocer su legado.
Su presidenta, Flerida Alcalá, dijo que catalogar la colección es difícil porque se compone de videos, fotografías, diapositivas, registros, libros, documentos, y es un trabajo enorme, y llevan 25 años trabajando. Apenas lograron cubrir el 40 por ciento del documento y archivo.
Habla de la prolijidad del maestro, que convierte a Perna en un artista controvertido más allá de la vida.
Su obra, aportes y pensamientos siguen siendo objeto de investigación en nuestro país y más allá de nuestras fronteras, donde tiene un altísimo estatus como pionero del conceptualismo a través de la implementación de los sentimientos que algunos llaman «modernidad convergente». y conocimientos académicos.