La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH) calificó este viernes de «crímenes de guerra» la agresión perpetrada por Israel contra trabajadores humanitarios en Gaza.
Las declaraciones fueron realizadas por el portavoz de la organización, Jeremy Laurence, tras ser consultado sobre los ataques perpetrados recientemente por Israel contra la ONG World Central Kitchen (WCK) en Gaza.
El ataque fue perpetrado el pasado lunes por fuerzas israelíes y estaba dirigido contra convoyes que llevaban ayuda alimentaria y estaban identificados con el logo de WCK en un lugar visible.
En este ataque murieron siete personas, entre ellas nacionales de Australia, Palestina, Polonia, Reino Unido y una persona con doble ciudadanía de Estados Unidos (EE.UU.) y Canadá.
En este sentido, Laurence afirmó que “el derecho internacional exige que todas las partes respeten y protejan al personal de ayuda humanitaria y garanticen su seguridad y libertad de movimiento (…) Un ataque a personas e instalaciones que brindan asistencia humanitaria puede equipararse a un delito. «de guerra», cita Sputnik.
En este sentido, advirtió que las zonas de Gaza están bajo continuos bombardeos, y advirtieron que más de siete mil palestinos murieron bajo los escombros de los edificios en Gaza.
Cese de la venta de armas a Israel
En un debate celebrado este viernes en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se aprobó una resolución que insta a todos los países a dejar de vender armas a Israel.
Según el Centro de Noticias de la ONU, la resolución fue aprobada por 28 votos a favor, seis en contra y 13 abstenciones.
La resolución -presentada por Pakistán en nombre de la Organización de Cooperación Islámica- busca «poner fin a la venta, transferencia y desvío de armas, municiones y otros equipos militares a Israel, la potencia ocupante (…) para evitar nuevas violaciones de las normas internacionales». derecho, el derecho humanitario y las violaciones y abusos de los derechos humanos.
Entre los copatrocinadores del texto estaban Bolivia, Cuba y el Estado de Palestina, que antes de la votación contaba con el apoyo de más de dos decenas de países, entre ellos Brasil, China, Luxemburgo, Malasia y Sudáfrica.
Además de las armas de guerra, la resolución adoptada por el Consejo de Derechos Humanos también denuncia el uso de inteligencia artificial (IA) para ayudar a la toma de decisiones militares en conflictos que pueden contribuir a crímenes internacionales.