Hace unos años, nos lo decía un amigo del fútbol, convencido de que el futuro Mundial de fútbol iba a ser para jugadores de diecinueve años. Que la velocidad, el vértigo inhumano que le daban al juego los chicos de esa edad era tal que los hombres de veinticinco años en adelante, exhaustos, sin aire en los pulmones, no iban a aguantar. Y mirando hacia el pasado más o menos reciente, recordamos la voz de aquel amigo.
Pues bien, si hoy estás viendo un partido del Barcelona, podrás corregirte cuando veas a Marc Guiu haciendo estragos en un campo de España, donde para coronar su valentía, marcó un gol a los treinta y tres segundos de entrar. Sigue ante el Athletic de Bilbao. El chico, nacido en Granollers, Cataluña, un «circo» suelto surgido de la llamada Masía y que apenas gana sesenta mil euros al año, ha echado sangre nueva en el club blaugrana, pero ojo, no es el único : hay otros chicos de la llamada generación «Pop Star», ese apodo que, gracias a su tierna edad, ha sido tomado de la música contemporánea y de la forma de ser y de hacer…
Y dijimos Masía porque hay versiones que dicen que ya no existe, sino que es sólo una idea sacada de un pasado lejano. Sin detenernos en eso, ahora podemos hablar de la juventud que Lamine Yamal valora, que el fútbol se ha apoderado de él cuando aún no se ha liberado por completo de sus partidos juveniles; Dieciséis años le hacen formar parte del trío que también forma para Gavi, con diecinueve.
Los jugadores de hoy maduran rápidamente, porque se ven obligados a hacerlo por la feroz competencia en sus propios equipos: si no te das prisa, alguien más, tan joven o mayor que tú, vendrá a ocupar tu lugar y destruir tus sueños. Si las cosas siguen así, la predicción del viejo amigo sólo se cumplirá a medias, porque en un futuro próximo podremos ver campeonatos del mundo no sólo a los diecinueve años, sino a los diecisiete. Y hay que pensar en los torneos U20, porque ¿qué será de ellos? ¿Lo jugarán imberbes de quince años y el U17 de trece? Qué previsión más audaz: ¿no crees que ya hemos ido demasiado lejos?…
Todo este panorama habla claro del fútbol, no sólo visto como un deporte, sino como un negocio futbolístico. Y más que las intenciones de cualquiera, es inherente a estos días. No hay manera de verlo de otra manera, porque de lo contrario tendremos que volver a los días primitivos del amateurismo. La juventud no se trata sólo de disfrutar viendo mensajes triviales en los teléfonos móviles; También se trata de marcar goles y hacer del partido una fiesta, aunque seas tan joven después de nacer.
Te veo allí.