El fútbol se niega, una y otra vez, a formar parte del juego de las adivinanzas. Un balón que se escapa, un portero de manos frágiles como cristal fino y toda cautela se deshace.
Tratar de saber de antemano qué pasará mañana en Barranquilla sigue siendo una aventura, una trampa de bromistas, porque Colombia y Venezuela suelen tener contingencias inusuales. Son amigos, son rivales, son socios, son antagonistas.
Ambos tienen mucho reservado, recuerdos imborrables de victorias y fracasos en partidos que mañana cumplen su edición número 45. En Colombia hay precauciones, porque Colombia, con todo el enaltecimiento de sus jugadores, tiene mucho que perder; Venezuela es diferente, porque de vez en cuando el fútbol empezó a ser reconocido, y por eso, aún sin el deslumbrante esplendor de su vecino…
Pero no todo son nombres, equipos europeos en los que juegan. Los colombianos han aparecido en el universo del fútbol en los últimos años como muy pocos países, pero sin una explicación convincente no llegarán a donde se dirigen.
Después del Mundial de Brasil 2014 y cuatro años después de Rusia, no fueron a Qatar. Sus analistas de juego parecen exagerados en su evaluación de las posibilidades de su selección, y tal vez eso sea parte de la creencia de los jugadores antes de llegar a la verdad. Este es el momento, dicen, y el momento no llegará…
Y esta vez, Venezuela aparece en el premundial sudamericano envuelta en un velo de misterio. Poco se sabe de sus aventuras, pero sí de los jugadores originarios del extranjero.
No son cifras que deslumbren, hay que decirlo, pero a veces en el fútbol eso no es el factor decisivo. Sí es la determinación, la fe en el triunfo, y que si los futbolistas de la Vinotinto la tienen. Puede ser, y esto vagará como sombras nocturnas en el cielo de Barranquilla, que el aura de los colombianos aparezca y abrume a los venezolanos, pero lo han dicho en otras ocasiones y no ha sucedido.
Recordemos: 15 de noviembre de 2003, también Barranquilla como escenario. Balón en la cancha de Juan Arango, y el disparo con la pierna izquierda pega al corazón de toda Colombia.
No se sabe, no se puede saber, pero ¿y si de la nada aparece otro zurdazo de los que golpearán el alma de los favoritos? Porque no cabe duda de que Colombia es la elegida, pero ¿no dijimos que el fútbol es el imperio de los impermeables?
Te veo allí.
La entrada de Barranquilla, ¿qué pasa mañana? Fue publicado por primera vez en Líder en deportes.