La veneración de la imagen del Nazareno es una tradición muy arraigada en Venezuela y este Miércoles Santo los anzoatiguenses demostraron su devoción con una multitudinaria participación en las misas y procesiones que se desarrollaron en distintas parroquias de Barcelona, capital de los Anzoátegui. estado.
La misa solemne de la Catedral del Patrimonio de Barcelona, se ha celebrado a sala llena, dejando atrás las restricciones por la pandemia.
La procesión que partió pasadas las 8 de la mañana, con la imagen del Nazareno, la Virgen de los Dolores y San Juan Evangelista, salió del templo para recorrer las calles Juncal y Avenida Bolívar del centro histórico, un recorrido lleno de emotivos momentos . por las manifestaciones de fe y agradecimiento por los favores concedidos a los feligreses.
Desde la icónica catedral también se realizó en horas de la tarde la llamada procesión de penitencia, y ambos recorridos fueron encabezados por el obispo, como máximo representante de la iglesia en el estado.
Mientras que en la renovada Ermita El Carmen, iglesia convertida en Santuario Diocesano por el relicario del Beato José Gregorio Hernández, también se realizó simultáneamente la visita con la imagen de Jesús cargando la cruz camino del Calvario.
El recorrido procesional se realizó desde La Ermita, calle Freites, bulevar 5 de Julio, calles Ricaurte, Marina y avenida Fuerzas Armadas de Barcelona.
En las dos actividades religiosas, cientos de feligreses, muchos de ellos vestidos de púrpura en alusión al santo, se dieron cita alrededor de las iglesias para acompañar la tradicional procesión del Nazareno.
Un rito religioso
Cada Miércoles Santo la Iglesia Católica recuerda a Jesús de Nazaret, camino a la crucifixión ordenada por el gobierno judío, es uno de los días más importantes de la Semana Santa, ya que finaliza la Cuaresma para dar inicio a la Semana Santa, con el triduo pascual, según el Biblia.
La lectura del evangelio corresponde a San Mateo y narra el pasaje donde Judas Iscariote se encuentra con el Sanedrín (tribunal religioso judío) para condenar a Jesús a la crucifixión. La decisión de Judá se refleja como un acto de traición ante una asamblea compuesta por 23 jueces pertenecientes a cada una de las ciudades judías del antiguo Israel.
«En ese momento, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, se dirigió a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué me queréis dar, si yo os lo doy?» Se arreglaron con él en treinta pedazos. Y desde entonces buscaba una oportunidad para darla», San Mateu (26,14-25).