El 28 de diciembre se celebra el Día de Todos los Inocentes, una festividad religiosa que conmemora la masacre de niños menores de dos años ordenada por el rey Herodes, que intentaba deshacerse del Niño Jesús. Aunque esta celebración católica es universal, cada región adapta sus costumbres y tradiciones. En el estado Apure este día se celebra con especial alegría y creatividad, reflejando el estilo individual de la llanera.
Hoy en diversas zonas del municipio San Fernando se organizan diversos desfiles para expresar la importancia de esta actividad cultural y religiosa.
En el Paseo Libertador, capital Llanera, numerosos disfraces se alinean en esta icónica calle. Al ser entrevistada por los medios, Magaly Loreto, cultivadora y guardiana de la expresión “Locos de San Fernando”, compartió: “Aquí estamos los locos de San Fernando del barrio Central y del barrio Las Marías, protegimos esta tradición durante veintidós ocho años. Recordamos la terrible masacre cuando el rey Herodes ordenó decapitar a todos los niños recién nacidos de hasta dos años en busca del Divino Niño. “Estamos aquí para defender nuestra expresión como símbolo de alegría, respeto y religión”.
Magaly continuó explicando que el grupo salió muy temprano, a las siete y media de la mañana, y que “los locos de Las Marías” iniciaron el recorrido desde la casa de Elvis García, mientras que la gente del Barrio Central hacía lo propio desde. su hogar. “Cada año realizamos varias visitas a familiares y amigos que nos esperan y hacemos el tradicional recorrido por toda la avenida”, agregó.
Es importante resaltar la presencia del gobernador de la unidad, Wilmer Rodríguez, quien pasó por el lugar y se detuvo para saludar a los grupos y señalar: “En Apure somos locos, pero apasionados, apasionados por los locos, apasionados por Apure, “, concluyó.
Las celebraciones del Día de los Inocentes en Apure son una expresión de la profunda religiosidad del pueblo llanero, quienes encuentran en estas fiestas una oportunidad para expresar su fe y compartir con la comunidad. Esta celebración se ha convertido en un elemento fundamental de la identidad cultural de los apureños, fortaleciendo los vínculos comunitarios y las tradiciones religiosas de la región.