Cuando Oswaldo Guillén dirigió a los Medias Blancas de Chicago y especialmente durante la campaña de 2005, se intentó introducir un término para definir el estilo del primer manager venezolano en las Grandes Ligas, aunque él no estuvo de acuerdo. Era «béisbol inteligente».
Parte de ese estilo consistía en hacer pequeñas cosas para realizar las carreras necesarias. En la octava victoria de los Tiburones, esta vez sobre los Leones, el jonrón de Luis Torrens fue más alto, pero la carrera que cerró el juego, la sexta, tuvo la contribución menos que deslumbrante de un toque de sacrificio.
Leonardo Reginatto lo hizo. Con compañeros en segunda y primera base, el brasileño de nombre y apellido de origen italiano llevó a Alcides Escobar y Maikel García a avanzar en la séptima entrada a tercera y segunda base. ¿Cómo anotó Escobar? Luego del contacto con el bate de Wilson García, Escobar se fue a la goma y pese a un roletazo a tercera base, la defensa caraqueña no pudo evitar el lineout que empató el juego. Los Sharks terminaron 8-1 y siguen imparables. Está a dos de conseguir el primer pase a la final mientras los demás se pelean entre ellos.
¿Es el béisbol inteligente? Estoy seguro que a Guillén no le importa mucho mientras gane La Guaira. Lo mismo que en 2005 con los White Sox.
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Tigres: sin pitcheo no hay paraíso
De las nueve carreras que anotó Cardenales de Lara en su victoria 9-6 sobre Tigres de Aragua, cinco de ellas vinieron de base por bolas.
No hay mucho que agregar. Por eso los gatos de Maracay se despertarán los últimos. Lo peor para el asediado club llega cuando el titular se marcha. Si lo hacen bien, están a la altura de quienes les siguen o están detrás de ellos en la clasificación. Si sale mal es peor, pero la constante es que el equipo rival anota carreras cuando sale el titular de los Tigres.
La experiencia de los jugadores de los Cardinals, probada durante los últimos siete años, hizo el resto. Los golpes tempranos esperando en el terreno de juego por la zona de strike fueron claves para anotar las carreras necesarias (16-6 con corredores en posición de anotar).
Esta vez le tocó el turno a Eiker Huizi. Conoció a tres y a los cuatro les pusieron mal. Llegó Bruce Rondón y fue ineficaz. Difícil si tienes tres en bases y sin outs.
Allí se decidió el encuentro. Cardenales terminó segundo el viernes, empatado con Leones y Tigres, aunque todavía están cerca del último lugar, pero no parecen tener material para pelear más. Esto es lo que ocurrió el año pasado cuando se agotaron los brazos de las estrellas.