Alfredo Di Stéfano fue un futbolista brillante. Uno de los mejores del mundo poco antes que el Rey Pelé, la figura que proyectó el deporte en el planeta gracias a la televisión.
Por eso, fue noticia de talla mundial cuando, el 24 de agosto de 1963, fue secuestrado en Caracas y pasó tres días bajo sus captores.
Di Stéfano llegó a jugar en el Real Madrid en una serie internacional muy popular llamada el Pequeño Mundial. Lo hizo varias veces con el club español y antes con Millonarios de Bogotá en 1952 y 1953 en el Estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela.
Dos hombres llegaron a la habitación 219 del Hotel Potomac, ubicado en la avenida Vollmer de la Urbanización San Bernardino, Caracas. Se identificaron como funcionarios de la Policía Técnica y buscaron a Di Stéfano para consultas sobre disturbios en el estadio tras el primer tiempo del partido que el Real Madrid perdió 2-1 con el Sao Paulo, de Brasil.
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Durante este engaño, los hombres, identificados como miembros de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (Faln), lo mantuvieron cautivo durante tres días, mientras el movimiento reivindicaba el acto de homenaje al líder comunista español Julián Grimau, asesinado por el gobierno de Francisco Franco. Al mismo tiempo, lucharon contra el régimen venezolano, liderado por Rómulo Betancourt.
El dato aparece en el libro Grandes Noticias del Deporte Venezolano, escrito por Javier González y nuestro colega Carlos Figueroa Ruiz, con motivo del 65 aniversario del Círculo de Periodistas Deportivos de Venezuela.
El torneo siguió su marcha sin Di Stéfano hasta que fue liberado y el drama acabó, cuando el futbolista apareció cerca de la embajada de España.
noticias para siempre
Di Stéfano continuó su carrera, ganando cinco Copas de Europa consecutivas (ahora la Liga de Campeones) y otros grandes logros, basados en un juego que combinaba habilidad técnica, potencia física y velocidad, y tras su retirada fue presidente de honor del Real Madrid. Pero la noticia de su secuestro siempre fue motivo de interés.
Documentales, reportajes y entrevistas con Di Stéfano sobre el tema siempre siguieron al jugador, sobre todo cuando visitó Venezuela. Incluso, en 2005, lo reunieron con uno de sus captores: Paúl Del Río, cuyo seudónimo era Máximo Canales, y quien era artista plástico cuando dejó la guerrilla.
El Hotel Potomac, uno de los más famosos de la época, cerró años después y el edificio fue demolido en el siglo pasado. Actualmente en el campo existe un supermercado de una sola planta, sin rastro de que fuera un hotel de lujo donde se hospedaron estrellas del fútbol como Alfredo.