El presidente de Argentina, Alberto Fernández, advirtió este sábado que la globalización está en crisis e instó a los países iberoamericanos a unirse para enfrentar desafíos comunes y formular una nueva relación con los centros del capital financiero.
Durante su intervención en la XXVIII Cumbre Iberoamericana, que se celebra en Santo Domingo, Fernández dijo que si se busca una Iberoamérica justa y sostenible, «el primer paso es la unidad, una unidad que permita que los bloqueos económicos no se hagan ser prolongado».
El presidente argentino favoreció la preservación de los intereses comunes con democracias fuertes donde se respeten los derechos humanos.
“Tenemos un destino común, nadie se salva solo. La unidad de la región es una necesidad política, una condición necesaria para realizar nuestros sueños”, dijo Fernández.
El Jefe de Estado de Argentina afirmó que la justicia social es un imperativo ético y tiene como objetivo promover la solidaridad en la región para construir sociedades que protejan a todos y no promuevan la cultura del descarte.
“Todos sabemos que no hay inclusión efectiva sin políticas públicas de inversión social, seguridad alimentaria, desarrollo científico y tecnológico”, dijo.
No hay más alivio para el sistema financiero
Fernández deseó que ahora no se repita el efecto dominó de la crisis económica de 2008, indicando que el mundo vive bajo la concentración financiera y el juego especulativo.
«Ya no hay necesidad de ayudar al sistema financiero internacional», declaró el presidente argentino, al considerar que «el mundo central» no puede seguir postergando la decadencia de las periferias.
Fernández también criticó un escenario internacional caracterizado por «altos e insostenibles niveles de endeudamiento que condicionan el crecimiento de nuestros países».
“Los impuestos y recargos que impone el Fondo Monetario Internacional (FMI) a los países endeudados son abusivos. Esta realidad choca con esa arquitectura financiera internacional que cuestioné antes”, dijo.