Con el colchón que engañó en un par de intentos el pasado martes, en un partido contra los Astros, en el Minute Maid Park de Houston, Ronald Acuña Jr. a un robo de ubicarse en el décimo casillero de la lista histórica de este departamento, en 58 años en los que los Bravos tienen su base en la ciudad de Atlanta desde 1966.
Con un robo más, llegará a los 189 robos en su carrera en siete temporadas para alcanzar al dominicano Rafael Furcal, quien en seis torneos (2000-05) logró esa cantidad en 817 juegos.
El récord de Acuña en los primeros 691 desafíos de su carrera es impresionante, especialmente considerando que se perdió la mitad de la temporada 2021 luego de someterse a una cirugía del ligamento cruzado de la rodilla derecha.
Pese a todo esto, el maravilloso jardinero guaireño ocupa el noveno lugar entre los jugadores activos con mayor número de fraudes, lista en la que los primeros tres lugares los ocupan Starling Marte (341/2012-24, seguido por José Altuve (295/ 2011-24) y Trea Turner (264/2015-24).
En el camino a doscientos
Aunque tuvo un comienzo lento en la temporada de jonrones de 2024, después del asombroso récord del año pasado de 41 jonrones y 73 robos, que le valió el honor unánime de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, la temporada de slugging de Acuña en 2024 ha sido consistente.
De hecho, a mediados de esta semana empató en el liderato en ponches, además de estar entre los mejores bateadores de la Liga Nacional.
En unas semanas, Acuña registrará su nombre como el noveno venezolano con al menos 200 robos, club cuya primera membresía fue registrada por Luis Aparicio el 14 de junio de 1961, en el partido de los Medias Blancas contra los Angelinos, celebrado en Comiskey Park. , que ganaron los patiblancos por 4-1. Fue el juego número 800 en la carrera del campocorto del Zulian.
Acuña, el primer bate de los Bravos, está en camino de establecer un récord criollo al llegar a los doscientos en menos juegos.
Además de explotar las circunstancias debidas a las nuevas reglas que permiten una mayor libertad de movimientos, los límites a los intentos de sorpresa, el uso del cronómetro y el aumento del tamaño de las almohadillas, explota su agresividad. Además, es un primer bate que puede embasarse muy seguido, que sabe moverse por las bases, como lo demuestran dos hits de salida en sus primeras seis temporadas, una verdadera pesadilla para los receptores enemigos.