La tradición de los loros ha llenado de color el campo Guacamaya ubicado en el municipio Valencia del estado Carabobo durante el XLI Festival de los Loros, actividad que lleva color y alegría a los niños y niñas de esa unidad.
Según un comunicado de prensa, más de 400 niños de diferentes instituciones educativas participaron en esta jornada de entretenimiento.
Asimismo, señaló que el objetivo de esta actividad es promover los juegos tradicionales entre los niños y adolescentes venezolanos.
La integrante del Grupo Nacional de Promoción del Movimiento Futuro, Dheliz Álvarez, participó en el festival junto al alcalde de Valencia, Julio Fuenmayor.
En este sentido, tomó la iniciativa de solicitar la declaratoria del Día Nacional del Loro “y nació aquí, en Valencia, la parroquia de La Candelaria”, anotó.
El loro siempre está presente.
“Cuando yo era chico, también de este rubro, participé en el Festival Papagayo y también estuve en un grupo de baile; Pero en ese momento la cancha no era así, y gracias a la Revolución Bolivariana, al presidente Maduro, a nuestro joven gobernador y alcalde, tenemos una hermosa cancha en La Guacamaya”, dijo Álvarez.
Por su parte, el alcalde Fuenmayor afirmó que este tradicional juego no está ni quedará obsoleto. “El loro está presente en todas las generaciones, como dijo nuestro Presidente, está presente en las cinco generaciones”, afirmó.
Respecto al Festival del Papagayo, Rafael Pineda, coordinador del Grupo Cultural y de Conservación Tabare del estado Carabobo, señaló que el objetivo principal es atender a niños, adolescentes y adultos a través de talleres y visitas a escuelas. Explicó que este juego tradicional es una herramienta para ampliar las ideas y la creatividad, y enfatizó la importancia de promover actividades similares y reducir la sobreinvolucración de los niños en la tecnología.
“Ahorita dicen que no hay alternativa al entretenimiento, que la tecnología sumerge a los niños; Decimos que hay entretenimiento, magia, color y creatividad”, afirmó. Añadió que los niños deben tomar el control de las montañas “porque las cumbres los protegen y les enseñan que debemos cuidar la Madre Tierra”.