En la 60 Bienal de Arte de Venecia, el pabellón venezolano presenta tres propuestas de descomposición del color, presencia cromática y virtual de la mano del célebre artista Juvenal Ravelo, que no sólo deleitarán al público, sino que también lo alegrarán. sumarse a la exposición, participar y participar de la experiencia artística.
Sí, lo importante además de la obra es la intervención social: el carácter del espectador. Por alguna razón, el proyecto nacional tiene un nombre muy simple: La Experiencia Participativa. Juvenal Ravelo, está curada por Edgar Ernesto González y supervisada por el propio maestro.
La primera propuesta artística del pabellón es un mural que forma parte del lenguaje plástico de Ravelo y se basa en la descomposición de colores, aunque en esta ocasión no utiliza elementos reflectantes porque es dibujado por el público.
Se trata de la participación del color, como bien explica su creador.
¿Cuál es el motivo de la tinción? El artista dice que es la geometría que utiliza en la idea cinética para crear una ilusión óptica, «la que representa la parte de mi estilo en el cinetismo».
La impresión está sobre lienzo y pintada a mano con pintura acrílica. La tela está montada sobre bastidores de hierro con inserciones de madera.
Esta idea resonó muy bien entre los participantes, desde los más jóvenes hasta los más veteranos, que ya agarraron los pinceles para apoyar con sus trazos el pintado del papel pintado.
La segunda propuesta que presenta el Pabellón Criollo es la sala virtual Entorno de Activación Cromática, que no es más que un módulo de inmersión arquitectónica para mostrar los inicios del maestro Ravelo quien llegó a París en 1964:
«Ese día me gradué en la Sorbona con la licenciatura en Sociología del Arte, preparándome para lo que se llamó ‘Teoría del Arte’ y al mismo tiempo haciendo una investigación práctica sobre cómo entrar en ese mundo. Iré. Al realizar la investigación obtuvimos el material en orden cronológico, cómo fue desarrollándome hasta crear mi primera pieza llamada “Desintegración de Luz y Color”, que es un parámetro cinético.
Finalmente, en la sala principal del pabellón se genera un ambiente de activación cromática, donde -debido a la yuxtaposición de las paredes- el espectador queda expuesto a los elementos reflectantes ubicados detrás de ellas.
“Cuando están uno frente al otro, aparecen cuadros reflectantes de imágenes a un lado y al otro, y cuando el espectador se mueve, tras ver directamente la armonía que se produce con los colores puros, tres cálidos y tres fríos (rojo, naranja, amarillo, verde, azul y morado), junto con las franjas blancas, tres colores: gris, blanco y negro aparecen pintados detrás de las tuberías. Esto se refleja en los elementos reflexivos y hay una conjugación entre ellos, explica en detalle la docente.
En este caso, el recorrido es corto pero muy interactivo, ya que el visitante se encuentra con una pieza cinética a escala humana, con efectos cinéticos y reflexivos y profundos, con doble imagen, disparidad óptica, parpadeo y armonización de luces. colores monocromáticos.
Aquí, la experiencia es inmersiva, participativa y sensorial, ya que el espectador se encuentra con una imagen tridimensional interesante y memorable que puede provocar ilusiones ópticas.
«Este nuevo módulo ambiental de activación cromática cuenta con 36 metros cuadrados de experiencia cinética o 34 metros lineales de trabajo objetual. Sus armoniosos efectos ópticos, producto de la interacción de 21 colores, hábilmente combinados, hacen de esta experiencia una visita a esta LX Bienal de Venecia. «Es una imagen inusual de Venezuela a los ojos del público dominante», se lee en la ficha técnica del caso.
El público como protagonista
El maestro Ravelo no dejó de comunicarse con el público que participó en la creación de la obra, pintando el mural.
En el pabellón de Venezuela él mismo se encarga de explicar cuál es todo el concepto artístico, así como el tema de los colores y el proyecto que viene realizando desde hace casi 50 años, en 1975, que es una gran idea. La creatividad colectiva comenzó en su lugar natal, Caripito, en el estado Monagas.
Y es muy importante para Ravelo crear una obra de arte con participación del público que exhibirá en cualquier parte del mundo, en este caso ante el público en la Bienal de Venecia en Italia.
De hecho, sigue cargando la experiencia de la participación en cada una de sus exposiciones y se ha convertido (por ahora) en un referente nacional con un enorme impacto sociocultural, porque para él es importante que la gente se comprometa con el arte.
De esta manera, convierte a cada observador en protagonista de cada una de sus obras. De hecho, tiene fundamentos en la sociología y la psicología social, pues tanto arquitectos como trabajadores sociales participaron en el proyecto Ravelo y comprendieron su importancia en la respuesta recibida en los lugares donde participaron.
Hace sólo 24 horas se inauguró el pabellón y el impacto en el público fue positivo y emotivo, por lo que la experiencia promete replicarse a otras escalas fuera de Venezuela con gran impacto.
Así, la Bienal de Arte de Venecia estará abierta hasta el 24 de noviembre. Luego de esta fecha, la práctica de participación se repetirá en Caracas, en la Galería Nacional de Arte (GAN), Avenida de México, así como el trabajo del maestro en formato digital, cinético y temporal. yo