El presidente chileno, Gabriel Boric, dijo desde la norteña ciudad de Colchane, donde pasó revista a las Fuerzas Armadas, que está en conversaciones con sus países vecinos para abordar el problema de la migración ilegal.
Siguiendo los pasos de su antecesor, Sebastián Piñera, Boric mantiene la política de criminalizar a los migrantes que llegan a su país, en especial a los venezolanos, quienes son deportados sin respeto a los derechos humanos, según el ministro de Relaciones Exteriores venezolano Yván Gil.
Boric amenazó con «hacerle la vida imposible» a los migrantes que ingresen ilegalmente a su país y delinquen. Por otro lado, culpó a Bolivia por no reorientar a los migrantes colombianos y venezolanos que llegaron a Chile por este país.
La respuesta del gobierno boliviano es que no hay ningún acuerdo en ese sentido que lo obligue a redirigir a los migrantes.
Aunque el gobierno de Chile asegura que está discutiendo el tema con Venezuela, las autoridades nacionales sostienen que no han recibido una invitación para tratar el tema, por lo que piden el respeto a los derechos humanos de sus compatriotas.
Respecto a las políticas migratorias de Boric, el periodista chileno y analista internacional Patricio Mery Bell, sostiene que “Gabriel Boric, en materia internacional, es la continuidad de Sebastián Piñera. Segundo, no hay tratados, convenios, ni nada que obligue al gobierno boliviano , y menos al gobierno de Venezuela que ha sido tan maltratado por Chile”.