El Grupo de Puebla pidió hoy a la comunidad internacional solicitar al Gobierno de Ecuador el salvoconducto para Jorge Glas de conformidad con el artículo XII de la Convención de Caracas.
«Es de vida o muerte», afirmó este foro luego de que el expresidente ecuatoriano Rafael Correa anunciara a través de su perfil en la red X que «sus hijos y sus abogados finalmente pudieron conectarse con Jorge Glas vía Zoom».
Según Correa, la emergencia médica fue un intento de suicidio y el expresidente «no ha comido nada y está en huelga de hambre».
«Responsabilizamos a Daniel Noboa por la integridad física y emocional de Jorge Glas. Le recordé a Noboa que claramente cometió el delito tipificado en el artículo 125 del código penal», dijo el exgobernador integrante del Grupo Puebla.
Jorge Glas, quien había recibido asilo en México, fue secuestrado por fuerzas policiales tras el asalto a la sede diplomática del país norteño.
«Lo ocurrido con el asalto a la Embajada de México en Ecuador es el último episodio de una larga lista de arbitrariedades desplegadas por las autoridades ecuatorianas en una persecución obsesiva al correísmo», afirmó el Grupo.
Destacó que, tras mandato expreso del presidente, Daniel Noboa, fuerzas policiales armadas hasta los dientes, enmascarados, con la noche y a traición, atacaron la misión diplomática mexicana en la capital de la República, treparon a su fachada portando fusiles automáticos, atacaron los agentes. Diplomáticos mexicanos y secuestraron a Glas.
El foro advierte que es difícil encontrar precedentes en los que un presidente ordene públicamente un asalto armado a una misión diplomática, atacando a miembros diplomáticos y secuestrando a un solicitante de asilo, todo ello ante cámaras de televisión de medio mundo. Recordó que incluso el dictador Augusto Pinochet había «violado la inviolabilidad de las embajadas o los asilos otorgados en estas misiones, lo que no habla a favor del presidente Daniel Noboa y lo condena a uno de los rincones más indignos de la historia».
Destacó que en materia de asilo, las autoridades mexicanas analizaron detalladamente el caso y determinaron que se trataba de una clara persecución política.
«Si Ecuador no estuviera de acuerdo en que Jorge Glas recibiera asilo diplomático, podría acudir a organismos internacionales para interrogarlo», afirmó.
Sin embargo, dijo que las posibilidades de perder a Ecuador eran, evidentemente, muy altas, a lo que se suma que de esta manera habían exhibido ante la comunidad internacional la persecución judicial o la ley desplegada contra el correísmo, y en particular en este caso contra Jorge. Vidrio.