Es deprimente mirar la clasificación del fútbol nacional. Y no por Angostura, un outsider que ha pasado al frente del campeonato, sino por el lugar lejano, perdido en la bruma de las constantes derrotas, del equipo mejor clasificado y más excelente de Venezuela.
Por eso es triste hablar hoy de un Caracas lleno de juventud, de jugadores que, a pesar de su buena voluntad, demuestran claramente su inexperiencia. «Los Rojos del Ávila» pagan la ausencia de aquellos hombres que, comandados desde el centro del campo y el calor del partido, supieron corregir una conducta y levantar la moral caída de un chico perdido, aquellos que siempre estuvieron dispuestos a organizar el caos en el territorio donde se gesta el fútbol, y comprender el juego para izar velas y navegar con tranquilidad hacia el puerto victorioso.
Basta evocar los días maravillosos del Dr. Guillermo Valentiner, el fogoso motor de la gran Caracas en días “de vino y rosas”, como cantaba el juglar Ismael Serrano. Ese grupo de jugadores, liderado por Noel Sanvicente, y tras eliminar al Deportivo Cuenca, llegó a los cuartos de final de la Copa Libertadores, donde se enfrentó al Gremio de Porto Alegre con la tribuna repleta y el corazón en llamas. También hubo entusiasmo por Caracas; La gente iba a los partidos y cantaba canciones alusivas al equipo en el metro, porque al igual que la Vinotinto actual, quedó sembrada en el corazón de los hinchas caraqueños. Desde entonces, ninguna selección nacional ha logrado pasar las puertas de la primera fase del torneo. Caracas entonces encendió la mecha a los aficionados y arrojó las llaves al fondo del mar.
Por supuesto que los tiempos han cambiado. Dejando de lado el romance y el dinero que algún día pueda tener, este Caracas es más pragmático, más dedicado a la economía del juego y del equipo; Ya no se trata de salarios altísimos, sino de pagos modestos en línea con los nombres que llenan hoy las nóminas. El equipo está contagiado de los males que aquejan al fútbol venezolano, donde se ha vuelto común tener el ahorro como bandera.
A partir de ahora Caracas se enfrenta a elegir qué camino, qué camino seguir. Elige uno de esos días de empleo imprudente en el que no faltaba nada, o continúa quitándote la vida con la prole juvenil.
Sin embargo, asumiendo todos los detalles, sigue siendo un negocio rentable en Caracas. Su intervención en la Copa Libertadores, que comenzó el jueves pasado contra Atlético Mineiro, y el préstamo o venta de jugadores en el exterior, garantizan recursos en montos respetables para afrontar esta y futuras obligaciones. Veremos si el equipo consigue recuperar posiciones en el campeonato nacional, si consigue dar el golpe, y recordaremos al glorioso equipo de antaño con su actuación de lujo.
Que Libertadores…
Era 2009 y Caracas se preparaba para llevarse la copa. Y qué jugadores: el dinámico Rafael Castellín, el defensa zurdo Gabriel Cichero, los centrales José Manuel Rey y el uruguayo Deivis Barone, el mediocampo defendido por Alejandro Guerra y el argentino Darío Figueroa.
Desde entonces no ha habido un equipo como otro en el país, que tuviera fútbol para ganar su grupo y dejar atrás al Guadalajara (porque entonces competían los equipos mexicanos), el Everton chileno y el Lanús argentino. Los cuartos de final fueron un partido contra el Cuenca ecuatoriano, hasta llegar, en batallas de vida entregada, contra Gremio.
Sólo un empate a un gol fuera de casa en el Estadio Olímpico dio a los brasileños su lugar en las semifinales, dejando a Venezuela con el sabor agridulce de no haber podido alcanzar el paraíso del campeonato después de tantas victorias.
Una punta
Abismo
Las diferencias individuales y colectivas ante el Atlético Mineiro quedaron evidentes desde los primeros compases del partido. El marcador lo refleja.
Audiencia
Para contrarrestar el ataque de los brasileños, los Rojos del Ávila intentaron defender con sus 11 hombres en dos líneas. Todos los esfuerzos fueron en vano.
Central
Los encargados de cuidar la zona central del Caracas quedaron destrozados en sus fallidos esfuerzos por la técnica y capacidad de improvisación de los visitantes.
Principios
Las derrotas ante Táchira y Caracas marcan un mal comienzo para los equipos venezolanos en la Libertadores, sobre todo porque su caída ha sido en casa.
Pasado
Del equipo de la Cota 905 salieron grandes jugadores como Juan Arango, Ronald Vargas, Oswaldo Vizcarrondo, Alejandro “Lobo” Guerra, Alexander González.
La entrada Caracas, en la encrucijada se publicó primero en Líder en Deportes.