La moneda que lleva el nombre de Universidad Central de Venezuela es el proyecto más ilusionante de los últimos años en el fútbol venezolano. Luego de ser el primer campeón de la era del fútbol profesional en 1957, el glorioso equipo tricolor se fue diluyendo por la falta de apoyo institucional por parte de las autoridades de la máxima casa de estudios del país, lo que dejó al equipo a su suerte y en consecuencia, el El equipo se fue perdiendo en otra división hasta desaparecer del panorama nacional.
Pero un grupo de empresarios, encabezados por el presidente de la institución Juan Manuel Useche, tuvo la idea de revivir el viejo lema de la casa que conquista las sombras, y luego de 36 años de permanecer a la sombra del fútbol venezolano, la UCV regresó. en 2020 a la máxima categoría con un ambicioso proyecto que, después de cuatro años, empieza a recoger lo sembrado.
La UCV tiene un tremendo potencial para crecer institucional y atléticamente. En el primer aspecto, la directiva no quiere que el equipo sea un pájaro de paso, como tantos proyectos futbolísticos del país que han sido golondrinas. La gran inversión que están realizando para construir sus propias instalaciones de entrenamiento y entrenamiento de categorías menores en Los Samanes es una muestra del compromiso que han adquirido por desarrollarse con una base sólida que sostendrá al equipo en el tiempo.
El hecho de que jugadores pertenecientes a la UCV ya aparecen en las convocatorias de las selecciones menores, como Wilander Muñoz, Santiago Virgüez, Yimbert Berroterán, Alexander Granko y que algunos nuevos talentos como Daniel de Sousa (20 años), autor del segundo, ya sea en la victoria ante Deportivo Táchira o Jean Polo (18 años), ser parte del primer equipo revela la importancia que la directiva y el cuerpo técnico le dan al juvenil.
La inversión realizada esta temporada para construir un equipo ambicioso, bajo el liderazgo de Daniel Sasso, uno de los entrenadores jóvenes más prometedores del país, se ha visto recompensado sobre el terreno de juego. La UCV es el equipo más fuerte en las 11 rondas de la Futveligaen. Tienen la defensa menos goleada del torneo Apertura con seis goles recibidos, una solidez que les ha permitido mantenerse invictos, y un ataque mayoritario donde Sasso ha sabido repartir la tarea de anotar entre todas sus escuadras.
Los buenos equipos se estructuran desde el fondo de la cancha y la UCV lo ha hecho a partir del excelente desempeño en portería del portero Miguel Silva, quien luego de su paso por Academia Puerto Cabello ha ganado la confianza y el apoyo para mostrar su velocidad en espacios reducidos. , gana el mano a mano o evita la caída de la valla con formidables coberturas. El central Adrián Martínez ha recuperado la implacable anotación para ganar en altas y bajas que tuvo antes en el Deportivo La Guaira, y lo vio vestir la camiseta de la Vinotinto en las eliminatorias para el Mundial de Qatar. Sasso ha sabido aprovechar su capacidad rematadora y dos de los tres goles que ha marcado la UCV para ganar o empatar partidos por vía aérea los ha marcado Martínez.
El ataque coral es otra de las valiosas características de la UCV de Sasso. Ante las lesiones que les han impedido contar con toda su artillería a tiempo completo, Brayan Hurtado, el colombiano Yeiber Murillo y el argentino Tomás Blanco han compartido el rol de rematar en el área rival. El premio de clasificar a las semifinales del torneo Apertura sería suficiente para otro equipo en construcción, pero no para esta UCV que pasó la ronda exenta y ahora quiere conquistar su segundo título.
Las frases
Luego de 36 años de permanecer a la sombra del fútbol venezolano, la UCV regresó a la máxima categoría en 2020
Tienen la defensa más goleadora del torneo con seis goles encajados, una fortaleza que les ha permitido mantenerse invictos.
El ataque del coro es otra característica valiosa. Hurtado, Murillo y Blanco tienen responsabilidad compartida en la liquidación
Los errores garrafales del liderazgo han sumido a Caracas en la confusión
No se podía esperar una gran actuación del Caracas FC en la Copa Libertadores con un equipo que vio afuera a sus mejores delanteros y para tapar las lesiones el técnico solo trajo a Edwuin Pernía como la única pieza confiable y probada del país para sacudir la red. . La destitución de Leo González, pocos días después de enfrentarse al Atlético Mineiro en el Estadio Olímpico, fue una decisión torpe e irrespetuosa para un técnico que llevó al equipo al segundo lugar, lo metió en la Copa Libertadores de este año y le aseguró una plaza de 3 millones. dólares para participar en el torneo más prestigioso de la Conmebol.
La presencia de Henry Meléndez en el banquillo del Caracas le imposibilitó cambiar repentinamente la dinámica del equipo. El resultado de las decisiones directivas se expresó en el campo. El Rojo ofreció una de sus peores actuaciones en la Copa Libertadores ante el Mineiro. Frágil, incierta, superada con asombrosa facilidad, Caracas pagó con una ruta que podría haber resultado más escandalosa por las pifias cometidas desde el cargo.
Táchira defendió con criterio pero debe ingresar al área rival para rebasar
Esperábamos una actuación más decidida en el ataque del Deportivo Táchira en su debut ante River Plate en la Copa Libertadores, en un escenario deslumbrante con 30 mil personas llenando de emoción el estadio Pueblo Nuevo de San Cristóbal. A pesar de la derrota por 0-2 ante River Plate, hay que darle crédito al técnico Eduardo Saragó por idear un plan bien pensado para incomodar al equipo millonario, evitar que su control del balón se tradujera en oportunidades claras de gol y mantener el marcador a cero hasta que llega una clara ocasión de dañar la portería de Franco Armani.
El Táchira defendió bien hasta que Diablito Echeverri cambió el ritmo del juego, complicando a la defensa aurinegra con su capacidad de jugar en pocos espacios, y la fortuna estuvo del lado del Millonario con un gol de carambola de Boselli y un segundo gol que puso el uno cada cien. años. de Fonseca. Lo que se puede criticar ante Saragó es que el Táchira generó muy poco en el área rival, a pesar de jugar en casa y tener la energía de la afición a su favor. Para superar la copa, el Táchira debe pensar más en el arco rival.