Con nueve votos a favor y cinco en contra, la Comisión Séptima del Senado de Colombia presentó la reforma sanitaria impulsada por el presidente Gustavo Petro, cuyo principal objetivo es democratizar el acceso a la salud, actualmente gestionada por la Empresa de Promoción de la Salud (EPS). sector privado.
La Comisión Séptima, controlada por la oposición, convocó a una sesión para adelantar la votación en la que se negaron nueve impedimentos por el conflicto de intereses introducidos por los legisladores de la coalición gobernante, el Pacto Histórico, informa RCN Radio.
De estas intervenciones destacó la del senador oficialista Wilson Arias, quien solicitó la aprobación de los impedimentos, denunciando que los partidos a los que están adscritos los congresistas que forman parte de la Comisión han recibido financiamiento de empresas vinculadas al sector salud como Keralty, propietaria de Sanitas, intervino la víspera desde el Ejecutivo.
Entre otros argumentos, Arias también aseguró que la constructora brasileña Odebrecht había financiado a los parlamentarios y si bien «no era una EPS», fue una práctica ilegal que llevó a que un ex candidato fuera encarcelado. «La EPS tiene una norma especial y la ley dice que no se permite ese financiamiento», afirmó.
La reforma no podrá volver a presentarse en el Congreso durante el resto del período legislativo -expira en 2026-, lo que cerraría formalmente el camino a Petro, quien, sin embargo, advirtió que «el Congreso sabe cuál es la consecuencia de la «reforma sanitaria que se ahoga». » porque «el sistema actual no es sostenible».
Sin embargo, el presidente anunció que, en caso de que se pueda realizar una Asamblea Nacional Constituyente, el derecho a la salud, junto con los derechos a la educación, a las pensiones universales y al acceso al agua potable, serán considerados juntos ‘y una garantía inalienable en el texto resultante. . .
Petro explicó que «el Gobierno asume su función constitucional de reorganizar el sistema de salud», evitando «una falla generalizada y una liquidación repentina en el sistema de salud provocada por la actitud de algunos congresistas que recibieron pagos de una EPS en sus campañas, precisamente la con el peor balance en sus estados financieros.