Más de la mitad de los habitantes de Gaza están al borde de la hambruna y más de un millón de personas se han quedado sin hogar. Todo ello mientras la población general se enfrenta a una grave escasez de alimentos debido a la escalada del conflicto palestino-israelí, que comenzó en el otoño de 2023, según un informe conjunto del Banco Mundial y la ONU publicado este martes.
«Se estima que alrededor de 1,7 millones de personas (el 75% de la población de Gaza) están desplazadas internamente. Muchos de ellos han estado allí varias veces y viven en condiciones que no satisfacen las necesidades humanas básicas», dice el informe.
También se destaca que los palestinos en la Franja de Gaza representan ya hasta el 80% del número total de personas hambrientas en el mundo. El conflicto en curso provoca «graves consecuencias sociales y de salud mental» para la población, especialmente mujeres y niños. Actualmente, el 100% de los menores (unos 625.000 niños) no están escolarizados.
Aunque todos los sectores de la economía sufrieron daños «a una velocidad y escala sin precedentes», el sector inmobiliario fue el más afectado. «Esta evaluación provisional estima que a finales de enero de 2024 se han causado aproximadamente 18.500 millones de dólares en daños directos a la infraestructura construida en la Franja de Gaza. Esto equivale aproximadamente al 97% del PIB total de Cisjordania y la Franja de Gaza en 2022.», destaca el análisis.
Desde que Israel comenzó su campaña militar masiva en Gaza, ya han muerto más de 31.000 personas, de las cuales alrededor del 70% son mujeres y niños. El sistema educativo del enclave ha quedado completamente destruido y la mayoría de las escuelas están siendo utilizadas como refugios. La atención sanitaria está gravemente perturbada: casi el 84% de los edificios sanitarios han sufrido daños, mientras que el resto no tiene acceso a medicamentos, ambulancias, procedimientos básicos para salvar vidas, electricidad ni agua.