Plaza Caracas, poco después de las 10 de la mañana. Los trabajadores llevaron una urna de cartón y un pastel para cantar el «cumpleaños infeliz» y velar por el salario mínimo, en el Ministerio del Trabajo, a un año de su aprobación. Por su parte, los defensores de Nicolás Maduro se concentraron bajo un par de carpas para criticar las sanciones contra el gobierno.
Cuando Carlos Salazar, coordinador de la Coalición Nacional Sindical, y Eduardo Sánchez, presidente del Sinatra-UCV, marchaban desde la Plaza Caracas hasta la entrada del Ministerio del Trabajo, los grupos oficialistas se posicionaron en la entrada. Una barrera de uniformados de las Fuerzas Armadas, además de funcionarios de la PNB, impidió el contacto entre los manifestantes. La guerra era, entonces, de consignas, a ver quién gritaba más.
Algunos decían “tengo hambre y estoy sin trabajo con Maduro, estoy descansando”, y otros acusaban a Maduro de ser un fraude. El “no volverán” del chavismo-madurismo se replicó con un “enchufado, enchufado”.
En medio de la pelea le cantaron infeliz cumpleaños al sueldo y bailaron la urna. El sueldo tuvo su buena fiesta.
Los trabajadores salieron a la avenida con torta y urna mientras los simpatizantes de Maduro gritaban victoria popular.
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