Se vale soñar, se vale creer, se vale tener fe y también se vale experimentar algo de justicia a nuestro favor, suerte o como quieras llamarla. Y eso es lo que nos ha enseñado la Vinotinto sub-23 Ricardo Valiño en este preolímpico donde el equipo sintió todo el apoyo del equipo local.
El empate 2-2 ante Argentina les dio una lección clara a los jugadores y es que nunca hay que darse por vencido a pesar de las adversidades, todo lo contrario. Hay que estar más fuertes que nunca y con un objetivo claro: ganar los dos partidos que quedan mañana contra Brasil y el domingo contra la selección de Paraguay.
Dura baja para la Vinotinto
Quizás el dolor de cabeza para Valiño será reconstruir ese mediocampo mañana ante Brasil tras la expulsión por roja directa a Bryant Ortega, que se dejó llevar y pegó un balón en la cabeza a un rival, situación que el mismo jugador minutos después tuvo después. Finalizado el encuentro, pidió disculpas a través de sus redes sociales y destacó el gran desempeño de sus compañeros.
¿Su sustituto? Lo más probable es que veamos a Emerson Ruiz, un jugador más recuperado o lo que se llama un ‘Cinco’ clásico, que tiene habilidades diferentes a las del mediocampista del Caracas FC.
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Y uno de los aspectos más destacados que tiene este equipo es que cada uno de los jugadores que defienden la camiseta nacional conoce, entiende y digiere la idea de juego que propuso Ricardo Valiño para este torneo.
Por lo tanto, mañana seguramente veremos en el campo al mismo equipo que venció a Brasil por 3-1 el pasado jueves, a excepción de Ortega.
Porque teniendo en cuenta lo corto que es el torneo y lo exigente que es, cobra más relevancia la famosa frase “el equipo ganador no cambia”.
El torneo clasifica a dos equipos para los Juegos Olímpicos de París 2024. Es decir, el campeón y el subcampeón. La Vinotinto debe hacer el resto.