A César Farías no le gustaba demasiado el fútbol, los detalles de una actividad que nadie duda que conoce bien. Desde sus primeros pasos en Cumaná al mando del Atlético Sucre en amateur y Nueva Cádiz en profesional hasta llegar a equipos de seis países, han sido muchos los ríos que han hecho correr el agua bajo los puentes.
Lo que tenía en mente el director técnico sucre era entrenar a un país de tradición futbolística, Chile, con raíces profundas y bien definidas; un entrenador, él, que viene de una nación donde el fútbol no ha sido el deporte preferido, donde el fútbol siempre ha estado sustentado por la preferencia por el béisbol.
Eso dijo, pero más allá de eso, de superar ese pequeño contratiempo, estuvo muy cerca, muy cerca, de ir a Santiago a liderar el proceso de La Roja, en el Chile decadente que clama en el desierto de Atacama por su caída. en el contexto sudamericano y su deseo de volver a lo que fue hace mucho…
Farías enfrentaría un fútbol incrédulo, lleno de dudas y atormentado por la incertidumbre, que ha seguido dependiendo de jugadores agotados, casi siempre Alexis Sánchez, Arturo Vidal. No se vislumbra un grupo de jóvenes con hambre de selección, con ganas de hacer de Chile lo que Chile siempre ha sido.
Fue triste verlo esa noche en Maturín contra Venezuela; un equipo repetitivo, superado en todas sus líneas y superado por un fútbol más joven y con ganas como la Vinotinto. Los días de los bicampeones de la Copa América no están muy lejos, sus días grandes…
Pero ha llegado a donde ya había llegado. América de Cali es la esencia del fútbol colombiano, es la raíz, y allí Farías encontrará un ambiente que le resulta familiar y donde lo quieren. Ya hizo una campaña admirable con Águilas Doradas, llevando al frente de las noticias a un equipo carente de figuras clave; Ahora, con un plantel más fuerte, con una tradición como pocas en la Nueva Granada, bien podría aspirar a un título que se le escapó por centímetros.
Despegó con los Aucas ecuatorianos y luego en Colombia con los Raptors, por lo que, desde este momento hasta el final del campeonato, Farías y Caleños no se pueden ver de reojo. No irá a Chile, la ambición mundialista se ha esfumado por ahora, pero como compensación peleará por todos los títulos con el equipo donde alguna vez Fernando Aristeguieta peleó por goles. Cambió a Chile para toda América, no está mal.
Te veo allí.