Theresly Malavé, directora de la organización Venezolana Justicia y Remediación, aseguró que al menos 35 de los 286 presos políticos que hay en el país con enfermedades “graves” deben ser tratados de inmediato y pidió medidas religiosas para ellos.
«Las enfermedades que finalmente, de no ser tratadas, podrían haber causado la muerte de estas 35 personas, no significa que el resto no estén enfermos, sino que son enfermedades que hemos descubierto a través de informes médicos».
Malavé destacó varios casos, entre ellos Orlando Laufer, acusado de participar en una actividad antigubernamental y quien, dijo, tenía un “enorme” tumor de 4 centímetros de largo en la base de su cerebelo.
«El tanque es grande y está lleno de agua. Cuando ese tumor explote, provocará la muerte instantánea. Necesitaba quimioterapia y radioterapia pero no se las proporcionaron”, advirtió.
También mencionó otros casos de personas que padecen cáncer y diabetes; de un general que «ya no puede hablar ni caminar» y está hospitalizado, así como de un joven autista «con una edad mental de 12 años», aseguró, «es irreprochable».
El abogado lamentó que el tribunal no haya previsto medidas humanas. «El Estado no puede proporcionarles salud, pero tampoco se les permite la libertad», afirmó.
Yajaira Forero, abogada y defensora de derechos humanos, enfatizó que existen diversos mecanismos para la liberación de los presos políticos, entre ellos medidas humanitarias, amnistía, leyes de amnistía general y otras fórmulas alternativas para cumplir la pena.
“Nos preguntamos por qué no se dan medidas humanas a estos presos políticos, que incluso pueden perder la vida (…) no queremos que estos presos políticos estén en esa lista. 11 presos políticos “Han muerto personas bajo custodia del Estado o simplemente porque tomaron medidas tardíamente, cuando ya no había nada más que estas personas pudieran haber hecho para salvar sus vidas”, explicó.