En el estado portugués ha comenzado la cosecha de girasol, con una recogida estimada de unas 3000 toneladas de semilla, fruto de la siembra del norte-verano 2022-2023.
Las 2.500 hectáreas establecidas entre noviembre y diciembre del año pasado se están cosechando, casi todas en el eje Turén-Esteller-Santa Rosalía, en la zona norte de la comarca.
Según el director de Aceites y Legumbres de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), Ramón Bolotín, se proyectan proyectos de más de 1.000 kilogramos por hectárea, incluso hay lotes sembrados temprano y bien cuidados, que son proyectos. 2.000 kilos por hectárea.
La cosecha se desarrollará por cerca de un mes, y comienza este martes con la inauguración del centro de acogida de la Asociación Nacional de Agricultores (Anca), ubicado en Acarigua y específicamente para el acopio y acondicionamiento de la producción.
Materia prima para la industria petrolera
El girasol cosechado en Portuguesa servirá de materia prima a Oleaginosas Industriales Compañía Anónima (Oleica), una propiedad privada con sede en Araure, saliendo de Guanare, y permitirá producir unas 1.200 toneladas de aceite vegetal, rico en Omega. 3 y de alto valor nutritivo.
Según explicó el productor y titular de Fedeagro, el 45% del aceite se extraerá de la semilla de girasol sembrada en Portugal para procesamiento industrial, lo que la convierte en un rubro con gran potencial para impulsar la producción nacional de grasas y aceites comestibles y reducir importaciones de crudo que se refina y envasa en Venezuela.
El girasol ha reaparecido en Portugal seis años después de la última siembra y se desarrolla como un cultivo cuyo cultivo merece ser recuperado y popularizado en la región, en virtud de que es garantía de materia prima para la industria del aceite.
Además, sus ventajas agronómicas lo consolidan como una alternativa ideal para acompañar la siembra de frijol y ajonjolí en el norte del verano y antes de la siembra invernal de trigo, haciendo factible rotar el ciclo de trigo con el ciclo de girasol entre una planta y una planta otro.
Una cultura para el agroturismo
Con el renacimiento del girasol, el agroturismo también floreció en Portuguesa, ya que los campos de flores amarillas eran el atractivo natural contemplado por miles de personas en La Colonia Agrícola de Turén.
Los visitantes, provenientes de distintas zonas de Venezuela, disfrutaron de la aventura de ver la cultura en su etapa de florecimiento, durante enero y parte de febrero de este año.
“Tuvimos la oportunidad de mostrar el fruto del esfuerzo de los agricultores venezolanos”, dijo Bolotín en referencia a que los campos de girasoles fueron visitados como en ninguna otra temporada por gente de Portuguesa, Caracas, Valencia, Maracay, Barinas y Mérida, quienes también se comportan como turistas de altura, conscientes de que no se trata de flores ornamentales, sino de aceite y por tanto no deben llevarse como souvenirs, ya que desaparecen en pocas horas. Destacó que además de respetar la cultura, los admiradores de los girasoles no dejaron desperdicios en las orillas del predio, al cual el acceso fue libre.