Panamá cierra este año 2023 con la agudización de la crisis migratoria. Este año se batió un récord con medio millón de migrantes (513.782) transitando por Darién. Encabezados por los venezolanos, que representan el 63% de la población total, o 326.589 personas, esta cifra duplica el récord del año pasado y está marcada por un aumento en el número de menores.
Según autoridades panameñas, al 20 de diciembre han pasado por Darién 56.328 ecuatorianos y 45.628 haitianos. El objetivo era llegar tanto a Estados Unidos como a Canadá. Todos están en busca de mejores condiciones de vida.
La violencia y las condiciones socioeconómicas de sus países de origen son la principal motivación para atreverse a cruzar a pie medio continente y el río Darién, una selva mortal que enfrenta peligros naturales y la presencia de grupos armados, pese al endurecimiento de las restricciones. distrito este año.
Este año 2023 fue un «año de récord». Por allí han pasado más de 100.000 niños, niñas y adolescentes, el 50% de ellos menores de 5 años», afirmó Yohana Tejada López, experta en género del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La mayoría de las familias migratorias son de Venezuela, Haití, Ecuador y Colombia, un experto del refugio Lajas Blanca detalla el escenario de la situación, al igual que en Bajo Chiquito muchas familias con niños y adolescentes.
Una de esas familias es la venezolana Cikiu Navarro de la región Zulia, que lleva en hombros a su hija de 2 años. Después de llegar a Bajo Chiquito con su esposo y otros dos hijos pequeños, parece agotada por el «duro» viaje.
Un experto de Unicef advierte de un aumento de la llegada de menores no acompañados y adolescentes que viajan «solos» durante la transición.
Organizaciones humanitarias fortalecen proyectos
La afluencia masiva de migrantes ha obligado a las agencias humanitarias a intensificar sus proyectos en Darién después de 2022, cuando se registró un tránsito récord de 248.000 personas.
«Hemos trabajado entre agencias en lo que llamamos ‘construcción de escenarios’ para reorganizar y mejorar nuestras intervenciones en función de este crecimiento»., Lo explicó Verónica Martínez, representante de migración de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR), con sede en Darién.
Luego de cruzar primero la selva, los migrantes llegan a Bajo Chiquito, donde las autoridades registran sus datos y pasan la noche. Al día siguiente, navegan en canoa por el río Turquesa (pagándolo ellos mismos) hasta uno de los dos refugios disponibles en Darién.
Hay varias organizaciones conocidas por los migrantes como «la ONU» que ofrecen ayuda humanitaria y médica, así como autoridades panameñas brindando ayuda alimentaria en una operación única en el continente en la que el Gobierno ha invertido en los últimos años. Años requieren unos 70 millones de dólares, datos oficiales.
Las restricciones anunciadas por varios países de tránsito, como Estados Unidos, que crean más obstáculos a la deportación o el asilo de inmigrantes ilegales con antecedentes penales en Panamá, no detienen el flujo migratorio.
Agencias