“Pobreza mental desesperada en la Alcaldía de El Doral”… JV-
Lo que le ocurrió el miércoles al alcalde de El Doral fue una muestra galopante de incompetencia, torpeza, mal gusto y desconocimiento absoluto de quién es Luisito Aparicio y lo que ha sido Venezuela.
Afortunadamente Luisito es muy grande ante tantas desgracias de gente tan pobre de ánimo. Es algo que proclama cuán faltos de información y respeto son las personas en el negocio llamado alcaldía.
La carta de invitación, firmada por un tal Rafael Piñeyro, decía que «el homenaje se realizará en el tercer piso del despacho del alcalde».
Allí fui. Ese «homenaje» duró tres minutos y 31 segundos, solo cuando Nelson Aparicio se acercó para recibir algo y posar para la foto que ansiaban los del pequeño grupo de políticos, dos damas y dos caballeros. Y los mismos cuatro posaron más tarde para docenas de fotografías, repartiendo tarjetas a una multitud, sin informarme nunca por qué ni con qué propósito. Tampoco me dijeron lo cansados que estaban el cuarteto de sonreír a las cámaras con caras de gatos somnolientos,
Por supuesto, no vi ningún «homenaje», ni nada por el estilo, para Luisito Aparicio.
Cuando terminó la pantomima, un amigo me preguntó inocentemente:
«¿Pero cuándo empieza el homenaje a Aparicio?»
Fue un insulto a Luisito y un insulto a los que fuimos invitados a semejante pérdida de tiempo.
Una señora cubana, que me dicen que es la alcaldesa, encabezó la voz disidente en el desastre, demostrando que sabe de Luis, lo que yo sé de los que están ahí en los ovnis.
Señora alcaldesa cubana…: usted fue un gran fastidio, hizo el ridículo con los farlaros andaluces. Todos deseábamos que ya no leyeras en ningún idioma, pero lo hiciste en inglés durante las dos horas y 22 minutos que duró el lío que presidiste.
Se lee sin inflexiones, pausas ni elegancia en el sonido. Es decir, CERO GRANDE al hablar en público.
En nombre de la razón y las buenas costumbres le pido, Señora Alcaldesa de Cuba, que no nombre ninguna calle con el nombre del desconocido Luisito Aparicio; y aún más pequeño Instituto Día Luisito Aparicio. Maldita sea lo que extraña.
Señora alcaldesa cubana y asistentes, llegué emocionado, muy emocionado, a la alcaldía y salí con una arquera que ni un venado podría saltar. Y los únicos culpables, tú y tu trío. Por supuesto, me ofendí más que a usted en esta columna.
Y me da mucha pena que la buena gente de El Doral los tenga en la alcaldía… Cosas de política absurda. Perdón por no escribirte en inglés.
Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso a un lector como tú.