En el coso del Hipódromo Presidente Remón, en Panamá, los caballos criollos no han tenido especial suerte a lo largo de la historia de la Serie Ecuestre del Caribe, desde 1966.
Creemos que en todo ese período Venezuela sólo ha logrado cristalizar cuatro eventos en el mencionado óvalo, y en momentos muy diferentes.
Todo comenzó en 1973, cuando se celebró en Panamá la Copa Latinoamericana Marlboro, cuando le llegó el turno al triple coronado El Corsario que marcó 2:09.2 con el jinete Jesús “El Mudo” Rodríguez y el cuidado de Eduardo Azpúrua Sosa.
En 2011, ha sido posiblemente el más generoso de la historia desde que logramos ganar el evento principal, a través de Heisenberg con el as de pie Emisael José Jaramillo quien marcó 1:54 en 1800 metros para la marca Jabces y presentado por Santos Mario Domínguez para propietario César Paparoni.
Asimismo, en esa temporada y en la misma pista, el formidable Tato Zeta ganó el Clásico de la Copa Confraternidad del Caribe en tiempo de 2:09.90 para el equipo de Los Amigos y presentado por Juan Carlos “El Catire” Ávila, en una gran actuación.
Y finalmente en 2013 la yegua Señora Simona se llevó el premio en la Copa Dama del Caribe sobre 1700 metros tras marcar 1:50.04 con el enérgico ganador Emisael Jaramillo y el cuidado de Juan Carlos Ávila.
En resumen, hemos logrado cuatro éxitos en Panamá y todas pruebas diferentes, lo que demuestra que esta pista es difícil para el caballo criollo, si nos atenemos a la historia.
En el año 2023 la historia puede cambiar, dado que estamos tomando una élite de 8 caballos en seis pruebas diferentes con altas posibilidades de éxito.
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Hay que mencionar a Li Tre Fratelli y Pádel en el Caribe; el triple coronado Lyndacarter en la Copa Confraternidad de yeguas, El De Froix en la Confraternidad de machos, los tresañeros Tequila y Fast Sensations en la Copa Dama del Caribe, el tresañero Bombazo en la Velocidad Copa y el caballo Templario en la Copa Import Invitational; Todo con opción.