Contagiados por el éxito, embriagados por la campaña de huelga, personas de diversos campos de trabajo y actividades nos detienen allí. «¿Cuándo juega la Vinotinto?» preguntan mujeres, hombres y niños con un brillo en los ojos. «¿Cuando?» Insisten con poca desesperación oculta. Esperan la respuesta, sonríen, casi se responden ellos mismos. «El Mundial continúa en septiembre».
Nos miran, se miran, se decepcionan. «Sí, en septiembre se volverá a encender el fuego contra Bolivia y Uruguay». Antes de que todas las palabras se vayan, cada una toma un camino y septiembre se ve como un viaje a la última estrella de la galaxia más lejana. Septiembre: ¿no podrían poner los juegos en marzo o en abril?, parecen decirse entre ellos. Sí, hay que recurrir a la paciencia humana, a la capacidad de esperar las cosas que anhelamos. Septiembre…
Pero espera un minuto. ¿La Copa América no va por ese camino? Ah, la copa. Será entonces un gran momento para que los venezolanos se reencuentren con sus muchachos, con Soteldo, Salomón, Martínez, Herrera para continuar con sus amores, su adoración, que siempre ocurre en el deporte, desaparecerá si no llega el Mundial 2026. No aparecer al final de la ruta.
Estados Unidos tendrá condiciones especiales esta vez, porque las opciones dependerán de sus objetivos. El hecho de que esté inserto en medio de un Mundial, aún sin nada claro, puede ser un factor predominante y quizás misterioso. Tomemos como ejemplo a Bolivia. Luego de perder varios partidos vencieron a Perú y en La Paz renació el sueño. ¿Cómo tomarán los bolivianos el torneo que se jugará en julio en Estados Unidos? ¿Será para ellos la continuación de una inundación o el inicio de un ciclo de cara al Mundial de 2030? Para Venezuela será, sin duda, demostrar que lo logrado ha sido trabajo y deseos de corazón, cooperación y una sólida mentalidad de unanimidad.
Conseguir un buen récord debe significar mucho porque eliminará dudas y llevará tu confianza a niveles inimaginables…
Será, por tanto, un examen extraño para las selecciones sudamericanas. Cada uno irá con sus objetivos, y entre ellos estará que por primera vez en muchos años verán a un Brasil en la incertidumbre, buscando el aire fresco de las victorias perdidas. Lo mismo a Argentina que intenta seguir demostrando que sigue en primera línea, y sobre todo a Colombia y Uruguay preparados para los ataques de los piratas en lugares que ya consideran suyos.
Te veo allí.